2017-11-08 12:24:00

Los Sacramentos son la vía privilegiada para encontrarnos con el Señor. El Papa en la catequesis


La Eucaristía es un acontecimiento maravilloso en el que Jesús, nuestra vida, se hace presente, y participar en la Misa es vivir otra vez la pasión y la muerte redentora del Señor. Pero, ¿por qué se hace el signo de la cruz y el acto penitencial en el inicio de la Misa? Y las lecturas, ¿por qué? ¿Por qué se leen y qué tienen que ver? o ¿por qué a un cierto punto, el sacerdote que preside dice “levantemos nuestros corazones”? Son algunas de las preguntas a las que responderá el Papa Francisco en su nueva serie de catequesis, que – tal como él mismo explicó - dirigirá su mirada al “corazón” de la Iglesia, es decir, a la Eucaristía: Comenzamos hoy  una serie de catequesis sobre la Eucaristía. Intentaremos comprender mejor su importancia y su significado, y cómo el amor de Dios se refleja en este misterio de fe”.

En el miércoles 8 de noviembre, durante su catequesis en la Audiencia General, el Santo Padre hizo hincapié en la importancia de comprender bien el valor y el significado de la Santa Misa, para vivir plenamente nuestra relación con Dios. Por ese motivo explicó que, a través de las próximas catequesis, redescubrirá junto a nosotros, “la belleza que se esconde en la celebración eucarística”, la cual, dijo, una vez desvelada, “da un sentido pleno a la vida de cada uno”.

Inspirándose en las palabras de Cristo: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna», cristianos de todas las épocas no han dudado en entregar su vida por amor a la Eucaristía.  El testimonio de los mártires nos cuestiona también a nosotros: ¿Qué importancia le damos al sacrificio de la Misa y a la comunión en la mesa del Señor? ¿Buscamos de verdad esa fuente de “agua viva”, que transforma nuestra vida en un sacrificio espiritual de alabanza y acción de gracias? La Eucaristía significa “acción de gracias”: acción de gracias a la Trinidad, que nos introduce en su comunión de amor, expresó en español. 

Hablando en italiano, el Papa Francisco precisó que la Eucaristía es una “teofanía”, es decir, el Señor se hace presente en el altar para ser ofrecido al Padre para la salvación del mundo, y recordó asimismo, el pedido del apóstol Santo Tomás, (ver Jn. 20, 25) de ver y tocar las heridas de los clavos en el cuerpo de Jesús, para creerle, señalando que “lo que Santo Tomás pide al Señor es lo que todos necesitamos: verlo y tocarlo para poder reconocerlo”.

Es por ese motivo, explicó el Papa, que los Sacramentos vienen al encuentro de esta exigencia humana: “Los Sacramentos, y la Celebración Eucarística en particular, son los signos del amor de Dios, las formas privilegiadas para encontrarnos con Él”.  El Concilio Vaticano II  - añadió - alentó la formación litúrgica de los fieles, porque la Iglesia vive siempre de la Liturgia y se renueva gracias a ella. Por eso, intentemos conocer mejor este gran don que Dios nos ha dado con la Eucaristía, en la que Cristo se hace presente para que participemos de su pasión y muerte redentora.

Dejando el texto de lado, el Pontífice quiso remarcar a los fieles que, cuando el sacerdote celebra la Santa Misa, - aunque para algunos el sacerdote pueda resultar aburrido - es importante recordar que es el Señor quien está presente en la Eucaristía, y, por lo tanto, participar en la Santa Misa es volver a vivir la pasión redentora y la muerte del Señor, y subrayó asimismo una vez más la importancia de enseñar a los niños a hacerse la señal de la cruz, y también de dejar los teléfonos de lado en la Misa, porque la Misa “no es un espectáculo”:“es ir al encuentro de la pasión y de la resurrección del Señor”.

En la conclusión el Obispo de Roma pidó a la Virgen María que interceda para que “sintamos el deseo de conocer y amar más el misterio de la Eucaristía, sacramento del Cuerpo y la Sangre de su Hijo Jesús”, e impartió su Bendición Apostólica. 

De Griselda Mutual








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