2017-07-11 14:45:00

La JMJ ya se vive en Panamá, dicen los Obispos


(RV).- Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Panamá celebraron su segunda Asamblea Ordinaria Anual del 3 al 7 de julio. Durante los trabajos, los Prelados panameños analizaron y reflexionaron acerca de la situación actual de la Iglesia, en una nación que recibirá en el año 2019 al Santo Padre junto a la juventud del mundo puesto que es la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud.

De ahí que en el Comunicado final de Prensa, el clero invite a redescubrir las capacidades y habilidades que los panameños históricamente han demostrado.

De la lectura de este comunicado, hecha por Monseñor Manuel Ochogavía, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Panamá, destacamos ante todo la alegría y el compromiso que ya se está viviendo por la JMJ.

De ahí que los Obispos panameños se refieran a la necesidad de despertar la alegría para ser anunciadores del Evangelio en el mundo juvenil; para que los jóvenes de nuestro tiempo encuentren respuesta a sus grandes desafíos.

“En consecuencia, urge desarrollar una catequesis que sea un camino de discipulado para los jóvenes hacia la JMJ, que los lleve a vivirla como un encuentro con el Señor y sea el punto de partida para una nueva evangelización del mundo juvenil”.

Tras agradecer públicamente el trabajo realizado por el Nuncio Apostólico, Monseñor Andrés Carrascosa Coso, a quien el Papa Francisco designó para servir en su nombre en el hermano país de Ecuador; los Obispos de Panamá aluden a la realidad nacional, con sus múltiples formas y de las cuales la familia es un tema prioritario.

“La familia, como dice el Papa Francisco en la “Amoris laetitia” – escriben – se ve amenazada por una serie de circunstancias que nacen de un cambio antropológico, que condiciona la vida humana en la actualidad”. Razón por la cual añaden:

“Se hace necesario, desde la óptica y metodología de la “Amoris laetitia”, poner en práctica los mecanismos de acoger, acompañar, discernir e integrar a fin de que todas las familias y parejas se sientan parte de la vida eclesial. En ese aspecto, es fundamental, la preparación de las parejas al matrimonio, a través de procesos de formación que les permitan confirmar su amor en alianza sacramental y a la vez darles seguimiento pastoral”.

También manifiestan su preocupación por las pocas oportunidades que se ofrece a la juventud “para su desarrollo personal, profesional y espiritual ante las ofertas de organizaciones delictivas que les proponen una vida sin esfuerzo alguno, sin ética ni moral”, corriendo el riesgo “de involucrarse con el crimen organizado”.

Los Obispos de Panamá  concluyen el documento con un llamamiento a que se garantice el respeto a los derechos de los campesinos: derecho a la tierra y a su forma de vida, derecho al sustento necesario para vivir; el acceso de estas comunidades a condiciones de vida dignas: con servicios de agua potable, electricidad, escuelas, centros de salud y carreteras. Y que se promueva una nueva cultura de la responsabilidad en el uso del agua, tanto por parte de las instituciones que la proveen, como por parte de los ciudadanos que la desperdician y contaminan.

“Ponemos nuestros trabajos, preocupaciones e ilusiones en manos de la Madre, Santa María La Antigua, para que nos ayude a ser, como Ella, una Iglesia acogedora, servidora y en salida, para que Cristo sea conocido y amado por todo el mundo”.

(María Fernanda Bernasconi – RV).








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