2017-06-03 18:03:00

El Papa vuelve a encontrarse con el “Tren de los Niños”


(RV).- A mediodía del sábado 3 de junio, en el atrio del Aula Pablo VI, Francisco saludó, como en años anteriores, a los chicos y chicas que participan en la iniciativa titulada: “Tren de los Niños”, organizada en el ámbito del “Atrio de los niños”, realidad semejante a la del “Patio de los Gentiles” a cargo del Cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, dedicada precisamente a los más pequeños y que se realiza gracias a la colaboración de los Ferrocarriles del Estado italiano.

En un diálogo cargado de afecto y simpatía, el Papa intercambió diversas palabras con estos chicos a quienes les dijo, ante todo, que le sugerían que hablara, si bien a él le gusta más escuchar.

En esta ocasión los cuatrocientos niños participantes proceden de las localidades de Italia central que se ha visto tan afectada por los terremotos. “Cuando se trabaja juntos por la misma finalidad – fue la exhortación de Francisco – las cosas van mejor”.

Muchos de estos niños relataron al Santo Padre sus vicisitudes relacionadas, sobre todo, con la experiencia del sismo y los malestares y miedos que trae consigo.  

“Fue un gran susto – dijo una niña – no sabía si mis amigos estaban vivos. Afortunadamente, todos se salvaron. La escuela era inhabitable, pero después la reconstruyeron”. A lo que Francisco preguntó si todos trabajaron para reconstruirla. Y acotó que “ha sido muy bueno” que ninguno de ellos haya perdido el año escolar.

Al mismo tiempo, el Papa animó a estos niños diciéndoles: “Lo que ustedes vivieron es una calamidad: las calamidades hieren el alma, pero el Señor nos ayuda a restablecernos. Doy gracias a la Virgen por las cosas buenas que nos ha dado en esta calamidad. Cuando se trabajan juntos por la misma finalidad, las cosas van mejor”.

Juan Camillo, un niño procedente de Norcia, le dijo al Papa que tras el terremoto, no emplearon tanto tiempo para volver a partir y para regresar a la escuela. Y relató que en una gran tienda de campaña, todos juntos estuvieron algunos días hasta que se trasladaron a los módulos en que seguían las lecciones por la tarde. “Después – dijo – hacia marzo, comenzamos por la mañana en los módulos cercanos al hospital, estructura que resultó ser la mejor desde el punto de vista climático.

Ginebra, otra niña de Fiastra, le contó al Papa que la casa de su abuela se derrumbó, a pesar de lo cual logró salvarse junto a su hermanita que estaba allí. Mientras en la actualidad están reparando todos los daños.

Tras escucharlos, el Santo Padre los invitó a rezar un Ave María para agradecer a la Madre de Jesús todas las cosas buenas que recibieron después. Y añadió que una de las cosas que más le gusta a Jesús es la palabra “muchas gracias”.

Y agregó que también había que decirle “muchas gracias a los chicos y chicas procedentes de Río de Janeiro”, Brasil, que ejecutaron música de su patria, provocando la emoción del Papa. Se llaman “Marea del mañana” – añadió Francisco –  y pidió – antes de impartirles su bendición apostólica a todos – un aplauso para ellos.

(María Fernanda Bernasconi – RV).








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