2017-05-12 12:35:00

Humildad, ciencia y fe. Aliento del Papa a la Specola Vaticana


(RV).- El Papa Francisco alentó el trabajo del observatorio astronómico vaticano y la tensión creativa entre ciencia y fe. Al recibir a los participantes en el encuentro internacional promovido por la Specola Vaticana, el Santo Padre señaló que los temas que estuvieron debatiendo en Castelgandolfo - Agujeros negros, ondas gravitacionales y la peculiaridad del espacio-tiempo - son de particular interés para la Iglesia, puesto que se refieren a cuestiones que interpelan profundamente nuestra conciencia:

«Cuestiones como el inicio del universo y su evolución sucesiva, la estructura profunda del espacio y del tiempo, sólo para citar algunas. Está claro que estos temas tienen una especial relevancia para la ciencia, la filosofía, la teología y también para la vida espiritual. Representan una ‘arena’ en la cual estas disciplinas se han encontrado y, en algunas ocasiones, enfrentado».

Tras citar a Mons. George Lemaitre - a quien se debe una primera formulación de la teoría cosmológica del Big Bang acerca del origen del universo – en su dúplice condición de sacerdote católico y de cosmólogo, el Papa recordó a Santo Tomás de Aquino, haciendo hincapié en la importancia de impulsar una «neta distinción metodológica entre los campos de la ciencia y de la teología, vistos como ámbitos de competencias diversas». Distinción que preserva de «generar cortocircuitos que son nocivos entre la ciencia y la fe».

«La existencia y la inteligibilidad del universo no son fruto del caos y de la casualidad, sino de la Sapiencia divina, presente “como primicia de sus caminos, antes de sus obras, desde siempre” (Pr 8,22), reiteró el Papa, después de recordar que Albert Einstein solía afirmar que «Se podría decir que el eterno misterio del mundo es su comprensibilidad». Y con su exhortación a perseverar en buscar la verdad, con humildad y apertura, señaló asimismo la  importancia de experimentar la presencia del Señor:

«Me complace, con gran aprecio, vuestro trabajo y los aliento a perseverar en la búsqueda de la verdad. Nunca hay que temer la verdad, ni aferrase a posiciones de cerrazón, sino que hay que aceptar las novedades de los descubrimientos científicos en actitud de total humildad. Caminando hacia las periferias del conocimiento humano, se puede vivir verdaderamente una experiencia auténtica del Señor, que es capaz de colmar nuestro corazón».

(CdM – RV)








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