2017-05-10 10:18:00

María nos enseña a esperar, cuando todo parece sin sentido. Catequesis del Papa


(RV).- «María estaba allí». En la catequesis del miércoles 10 de mayo el Papa Francisco volvió a hablar del sí de María, y más precisamente de aquel “sí” a la invitación del Ángel que fuera sólo el primero de una larga lista de obediencias que acompañaron su itinerario de madre.

De hecho, continuando con su ciclo de catequesis sobre la esperanza cristiana el pontífice fijó su mirada en la que llamó la “Madre de la Esperanza”, una madre que atravesó más de una noche oscura en su camino, a partir de aquel anuncio del Ángel y hasta a la noche suprema, cuando su Hijo fue clavado en la madera de la Cruz.

De joven - dijo el Papa - María responde con un a la propuesta que el Ángel Gabriel le hace de ser la madre del Hijo de Dios, aunque nada supiera del destino que la esperaba. Pero ella no es una mujer que se deprime frente a las incertidumbres de la vida, ni que protesta con violencia y se lamenta contra el destino de la vida que muchas veces se le presenta hostil. Por el contrario, es una mujer que acepta la vida como viene, con sus días felices, pero también con sus tragedias.

En la noche más oscura de María, aquella de la crucifixión de su Hijo, en medio de aquella comunidad de discípulos frágiles, entre quien había negado el Maestro, los que habían huido, todos los que tenían miedo, María simplemente estaba allí, a los pies de la cruz, aun cuando ni ella misma conocía el destino de resurrección que su Hijo, en aquel momento, estaba creando para todos nosotros.

Es por eso que María nos enseña a esperar, cuando todo parece sin sentido, y es por eso,  aseguró Francisco, que todos nosotros la amamos como Madre.

A continuación el resumen de la catequesis que el Papa pronunció en nuestro idioma:

Queridos hermanos:

En la catequesis de hoy contemplamos a María como Madre de la esperanza. Ella pasó también por momentos muy difíciles. No era fácil responder con un «sí» al anuncio del Ángel y acoger en su seno el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. Después, en el momento crucial de la vida de Jesús, cuando casi todos lo han abandonado, María permaneció junto a la cruz de su Hijo por amor de madre y por fidelidad al plan de Dios.

Ella, a pesar de que no siempre comprendía todo lo que estaba sucediendo, se nos muestra como una mujer valiente, que no se detiene ante las dificultades. Una mujer que está atenta a la Palabra de Dios y que sabe meditar todo en su corazón.

Por último, también la vemos al comienzo de la Iglesia, junto a los discípulos de su Hijo, acompañándolos y animándolos como madre de esperanza. Así nos enseña que en los momentos de dificultad, cuando parece que nada tiene sentido, siempre tenemos que esperar y confiar en Dios.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Hoy celebramos la fiesta de san Juan de Ávila, patrono del clero español y maestro de vida espiritual. Pidamos por todos los sacerdotes, para que sean siempre una imagen transparente de Jesús, Buen Pastor, y la Virgen María los sostenga a lo largo de su vida sacerdotal. También quisiera enviar un saludo desde aquí a los fieles de mi Patria que hace dos días celebraron la Solemnidad de la Patrona de Argentina, Nuestra Señora de Luján. Mi corazón estuvo en Luján estos días. Que el Señor los bendiga a todos. Muchas gracias.

(Griselda Mutual - Radio Vaticano)








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