2017-04-22 13:02:00

Radio Vaticano en español para Guinea Ecuatorial y África


Compartimos algunos momentos con el Papa Francisco

(RV).- Este Sábado de la Octava de Pascua, nos detenemos en especial en las palabras del Papa Francisco en la solemne Vigilia Pascual y en la oración que pronunció al concluir el Vía Crucis

En la Noche Santa de Pascua, en la Basílica de San Pedro, con el anuncio de la Resurrección, el Obispo de Roma hizo hincapié en que «Dios, una vez más, sale a nuestro encuentro para establecer y consolidar un tiempo nuevo»:

«El tiempo de la misericordia. Ésta es la promesa reservada desde siempre, ésta es la sorpresa de Dios para su pueblo fiel: alégrate porque tu vida esconde un germen de resurrección, una oferta de vida que sólo espera despertar. Y esto es lo que esta noche nos invita a anunciar: ¡el latir del Resucitado, Cristo Vive!»

Vayamos a anunciar  la Resurrección del Señor  fue la exhortación del Papa Francisco:

«¡Vayamos a anunciar, a compartir, a revelar que es cierto: el Señor está Vivo! Está vivo y quiere resucitar en tantos rostros que han sepultado la esperanza, han sepultado los sueños, han sepultado la dignidad. Y si no somos capaces de dejar que el Espíritu nos conduzca por este camino, entonces no somos cristianos.

Vayamos y dejémonos sorprender por este amanecer distinto, dejémonos sorprender por la novedad que sólo Cristo puede dar. Dejemos que su ternura y su amor muevan nuestros pasos, dejemos que el latir de su corazón transforme nuestro débil palpitar».

Siguiendo la antigua tradición, la Vigilia Pascual comenzó con el Lucernario. El Obispo de Roma bendijo el fuego nuevo en el atrio de la Basílica de San Pedro y preparó el cirio pascual, con el que luego ingresó en procesión a la Basílica. Y después del canto «Cristo, luz del mundo», resonó el Exsultet

Además de presidir la Liturgia de la Palabra, la Liturgia Bautismal y la Liturgia Eucarística, y como es también tradicional, el Papa administró los sacramentos de la iniciación cristiana a algunos neófitos - que en la Vigilia Pascual de 2017 - fueron 11, procedentes de España, República Checa, Italia, Estados Unidos de América, Albania, Malta, Malasia y China.

El Viernes Santo, el Papa Francisco presentó los dolores y vergüenzas del mundo a los pies de la Cruz de Cristo: luz y esperanza para la humanidad  herida

En el tradicional Vía Crucis que presidió en el Coliseo de Roma, después de las 14 estaciones, el Santo Padre rezó una oración compuesta por él, que terminó con este ruego al Señor:

«Oh Cristo, te pedimos que nos enseñes a no avergonzarnos jamás de tu Cruz, a no instrumentalizarla, sino a honrarla y adorarla, porque con ella Tú nos has manifestado la monstruosidad de nuestros pecados, la grandeza de tu amor, la injusticia de nuestros juicios y el poder de tu Misericordia. Amén».

(CdM – RV)








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