2017-01-13 12:37:00

Tanto el estilo como el anuncio de Jesús es con el testimonio de la mansedumbre y humildad, expresa el Papa


REFLEXIONES EN  FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz 

La atracción y no la imposición, la mansedumbre y no el grito, fue la contraposición que presentó Francisco en la fiesta del Bautismo del Señor el 8 de enero.

Si bien el relato evangélico de la fiesta hablan nada más ni nada menos que de la voz de Dios Padre que se escuchó diciendo desde lo alto: “Este es mi Hijo muy querido…”, mientras que nada más ni nada menos, la fuerza poderosa del amor de Dios que es el Espíritu Santo, descendía sobre Jesús, sin embargo el Obispo de Roma prefirió insistir en que este momento Jesús inicia su misión de salvación “caracterizada por un estilo de siervo humilde y dócil, dotado sólo de la fuerza de la verdad…”.

El estilo de Jesús es el del Siervo humilde y manso y “también el estilo misionero de los discípulos de Cristo: anunciar el Evangelio con mansedumbre y firmeza, sin gritar, si gritar a nadie, sin arrogancia o imposición. La verdadera misión no es jamás proselitismo sino atracción a Cristo. ¿Pero cómo se hace esto? Con nuestro testimonio, a partir de la fuerte unión con Él en la oración, en la adoración y en la caridad concreta, que es servicio a Jesús presente en el más pequeño de los hermanos. A imitación de Jesús, pastor bueno y misericordioso, y animados por su gracia, estamos llamados a hacer de nuestra vida un testimonio alegre que ilumina el camino, que lleva esperanza y amor”. @jesuitaGuillo

 








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