Reflexiones en Frontera, jesuita Guillermo Ortiz
(RV).- “Aprendamos de la Inmaculada a vivir en unión con Dios, entregándonos a Él con confiada esperanza y con el cumplimiento de su voluntad”, adelantó Francisco el 7 de diciembre del 16, en vísperas de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, una de las fiestas más grandes de la Virgen en todo el mundo. Inmaculada significa que la Madre de Dios, fue preservada de toda mancha de pecado en previsión de la muerte de Cristo.
El Papa animó a los peregrinos del mundo que participaron en la Catequesis, a rogarle
a la Madre de Dios que “nos ayude a caminar con esperanza hacia el encuentro con su
Hijo y a acoger con alegría su venida”. “Los aliento a buscar siempre la mirada de
la Virgen, que consuela a cuantos están en la prueba y mantiene abierto el horizonte
de la esperanza”.
El Obispo de Roma insistió rogando, que por intercesión de María, Jesús, su Hijo nos
conceda “alcanzar la felicidad del cielo en la alegría, con la conciencia de una vida
vivida de forma digna”. Y exhortó: “Ayudémonos los unos a los otros a vivir la esperanza
cristiana, sobre todo en este tiempo de preparación para la Fiesta de la Navidad del
Señor”. @jesuitaGuillo
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