2016-10-26 09:44:00

Salir al encuentro del que sufre para llevarle el abrazo y la misericordia de Dios, pide el Papa


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Abrirnos al hermano, hospedarlo, para poder restituirle la dignidad que, en muchos casos, ha perdido por los abusos, el egoísmo, la criminalidad, fue el pedido de Francisco, hablando de la obra de misericordia de recibir al extranjero. “Así nuestra vida será fecunda y nuestras sociedades recuperarán la paz”.

En la catequesis del 26 de octubre de 2016 el Sucesor de Pedro dijo que la historia de la humanidad es una historia de migraciones, “no existe un pueblo que no haya conocido este fenómeno”. Y explicó que “estas situaciones a veces se han visto unidas a graves crisis sociales, que a lo largo de los siglos se han afrontado con dos aptitudes: la de cerrarse al que viene o la de hospedarlo”. Y afirmó que “puede que levantar muros haga más ruido que la callada acción de quienes ayudan y asisten a los emigrantes y refugiados, pero cerrarse no es la solución, sólo favorece los tráficos criminales. La única respuesta es la de la solidaridad”.

El Vicario de Cristo recordó que “tampoco la historia de la salvación es ajena a esta situación. Abrahán, Moisés, incluso Jesús ha dejado su tierra y se ha puesto en camino”, y que por esto “el compromiso de los cristianos es urgente. Todos tenemos el deber de hospedar al hermano que huye de la guerra, el hambre o la violencia y estamos llamados a salir al encuentro del que sufre para llevarle el abrazo y la misericordia de Dios”. @jesuitaGuillo








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