2016-09-12 09:00:00

Explicación de las intenciones de oración del Papa para septiembre de 2016


(RV).- El Papa Francisco pide oraciones para que las sociedades pongan en el centro la persona humana en su intención de oración universal que es: “para que cada uno contribuya al bien común y a la construcción de una sociedad que ponga al centro la persona humana”.

En esta línea, el director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, el padre Frederic Fornos SJ explicó a Radio Vaticano las intenciones de oración del Papa para septiembre de 2016:

Acerca la intención de oración universal aseguró que: “el desafío de la humanidad y de la misión de la Iglesia de este mes es una preocupación del Papa desde el principio de su Pontificado, al cual vuelve una y otra vez, de forma diversa, pues no podemos continuar con el sistema actual que produce exclusión y violencia. Una sociedad más humana es necesaria. Y no basta solo decirlo o pensarlo. Esta intención universal no es una idea a meditar tranquilamente, como quien toma el té en un salón charlando sobre cómo el mundo de “tendría que ser”. Es un grito que sale del corazón de Francisco al ver y escuchar todos los que sufren precariedad, exclusión, con condiciones de vida difícil o marginada, sin trabajo o justo lo necesario para vivir. Muchas veces no lo vemos pues estamos en una burbuja confortable, en una cultura del bienestar que nos anestesia, que nos hace difícil salir de nosotros mismos. Por eso Francisco invita a la Iglesia a ir hacia las periferias, y por eso invita las organizaciones de trabajadores pobres y excluidos al Vaticano (como lo hará de nuevo a principios de noviembre), para que podamos construir una sociedad más humana”.

“Esta intención universal no nos puede dejar tranquilos, es un desafío de la humanidad, y como tal tiene que movilizar nuestra oración y acción. El Papa lo repite una y otra vez: “Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano” (EG 58), o aun “La crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano!” (EG 55). El ser humano reducido a una sola de sus necesidades: el consumo. ¿Podemos continuar así, cerrando los ojos y los oídos al sufrimiento de tantos? Tenemos que contribuir a otra sociedad, una sociedad que ponga al centro la persona humana. “Porque – como dijo el Papa a los Jesuitas en Polonia - el pensamiento liberal, que saca al hombre del centro y pone en el centro el dinero, no es la enseñanza que nosotros podemos dar”.

“Esto implica cambiar de estilo de vida, hacia un estilo sobrio y solidario. Pues como dice Francisco en El Video del Papa de este mes: la crisis que atraviesa el mundo “no es solamente económica y financiera, también es ecológica, educativa, moral y humana” A principios de agosto todos los medias decían que habíamos consumido ya el “presupuesto” de la naturaleza para el año 2016, o sea: “a partir de ese día hemos empezado a consumir más de lo que la Tierra puede generar, y estamos viviendo a crédito, un crédito que las próximas generaciones tendrán que pagar…”.

El grito de la tierra es también el grito de los pobres. No se puede separar el uno del otro. Contribuir al bien común, es también contribuir a nuestra “casa común”.

Por eso desde el 1 de septiembre -día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación- hasta el 4 de octubre -día de San Francisco de Asís- estamos movilizados, como Red Mundial de Oración del Papa con el Movimiento Católico Global por el Clima (el cual reúne más de 300 asociaciones y organismos católicos al servicio de una ecología integral) y con el Consejo Mundial de las Iglesias, ACT Alliance, y GreenFaith, (los cuales reúnen Iglesias y organizaciones protestantes y ortodoxas), porque otro estilo de vida es necesario (Laudato Si n° 206).

Para construir esta sociedad más humana que el Papa nos propone la voluntad no es suficiente. Este cambio pide una conversión profunda de nuestras vidas. Es la oración, la cercanía a Jesús, a su palabra, que transforma nuestro corazón y nos puede ayudar a vivir cada día más con un estilo sobrio y solidario. Un estilo que con pequeños gestos y decisiones cotidianas contribuya al bien común y a la construcción de una sociedad que ponga al centro la persona humana.

Por otro lado, el padre Frederic Fornos explicó la intención de oración del Papa para la evangelización de septiembre que es: “para que los cristianos, participando en los Sacramentos y meditando la Sagrada Escritura lleguen a ser siempre más conscientes de su misión evangelizadora”.

Este mes de septiembre Francisco nos invita a ser conscientes de nuestra misión evangelizadora. Como él mismo dice: “cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal” ¿Cuál es? El Papa continua citando el documento de Aparecida “Aquí descubrimos otra ley profunda de la realidad: que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión” dice (La Alegría del Evangelio n°10). La verdadera realización personal es entregar su vida, eso es participar a la misión de Jesús. Nos transforma en un “manantial, que desborda y refresca a los demás”, y que es fuente de vida para nosotros, fuente de la verdadera alegría

Para participar a esta misión evangelizadora que transforma y da la verdadera vida, para participar a la misión de Jesús, solo hay un camino. ¿Cuál es? Francisco nos lo indica: participando a los Sacramento y meditando la Sagrada Escritura.

¿Por qué? Por qué solo comunicamos a los demás lo que vivimos profundamente, lo que desborda de nuestro corazón. Y lo que tenemos que comunicar por nuestras vidas es Jesús. Como Madre Teresa, Santa Teresa de Calcuta, quién por toda su vida encarnó la ternura de Dios por los más pobres, los que el mundo rechaza pero que Dios ensalza.

¿Por qué los Sacramentos y la Sagrada Escritura?

Los sacramentos son los gestos de Jesús, es Jesús quien toca, quien cura, es Jesús que nos comunica su salud y expulsa de nuestros corazones la oscuridad y los demonios que nos dividen, es Jesús quien perdona acogiéndonos con ternura en sus brazos misericordiosos, es El quien nos da el verdadero pan de vida, como lo hacía a las muchedumbres que lo buscaban en las orillas del lago de Galilea. Por eso los sacramentos, por ejemplo el de la Eucaristía, el sacramento del perdón y el de los enfermos, son tan importantes. Jesús se comunica a nosotros.

La Sagrada Escritura es también esencial. El Señor nos habla a través de eventos y personas, pero de manera particular en la Sagrada Escritura. Meditándola podemos reconocer su palabra, y en comiendo los Evangelios (¡pues hay que comerlos! cada día. Son un verdadero alimento. Nos preocupamos de lo que comemos y bebemos para no caer enfermos y tener buena salud, y no hacemos cuidado a todo lo que miramos y escuchamos, lo cual puede enfermar nuestro corazón. En los Evangelios Jesús nos da la salud verdadera.

Entonces, este mes participemos más intensamente a los Sacramentos y meditemos su Palabra, para despertar nuestro corazón y entregarnos más al servicio de su misión, en particular al servicio de los más pobres. Pues si hay un lugar donde podemos tocar su presencia es en ellos, en los que sufren y ponen su esperanza en él. “No temas; desde ahora serás pescador de hombres.” (LC 5, 10)

(Mercedes De La Torre – Radio Vaticano).

  








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