2016-07-15 16:19:00

“La familia es una riqueza social insustituible”, dijo el Papa en Guayaquil, un año atrás


(RV).- La familia es el hospital más cercano, la primera escuela para los niños, el punto de referencia para los jóvenes, el mejor refugio para las personas mayores. En Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador con su vista al Océano Pacífico, frente a miles y miles personas reunidas en el Parque de Los Samanes, también procedentes de Perú, Chile, Argentina y Colombia, un año atrás, el Papa Francisco celebró la misa por la familias y definió a la familia, “iglesia doméstica” que, además de dar la vida, transmite la ternura y la misericordia de Dios, lugar donde “la fe se mezcla con la leche materna”.

“La familia constituye la gran riqueza social, que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada, para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a sus ciudadanos”, afirmaba asimismo el Pontífice.

El punto de partida de las reflexiones del Papa fue el pasaje evangélico de las bodas de Caná. Y en él estaba presente la Madre de Dios, María, de la cual el Papa dijo:

“Ella, que supo transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura (Evangelii gaudium, 286) y nos recibió como hijos cuando una espada le atravesaba el corazón a su hijo. Ella, nos enseña a dejar nuestras familias en manos de Dios; nos enseña a rezar, encendiendo la esperanza que nos indica que nuestras preocupaciones también son preocupaciones de Dios”.

Y con devoción a la Madre de Dios el Pontífice recordó a los presentes: 

“María, simplemente, es madre!: Ahí está, atenta y solícita. Es lindo escuchar esto: ¡María es madre! ¿Se animan a decirlo todos juntos conmigo? Vamos: ¡María es madre! Otra vez: ¡María es madre! Otra vez: ¡María es madre!”

A un año del histórico viaje del Papa Francisco a América Latina, que desde el 5 al 12 de julio visitó Ecuador, Bolivia y Paraguay, los tres países han organizado una serie de celebraciones conmemorativas para mantener vivo el recuerdo del evento, sobre todo entre las poblaciones indígenas.

En Guayaquil, en la grande explanada del Parque de los Samanes, donde el 6 de julio del 2015 el Pontífice, ante decenas de miles de personas celebró la misa dedicada a las familias, ha madurado un fruto concreto de la visita del Papa. El gran escenario utilizado para la celebración no fue desmantelado: se ha transformado en el núcleo central de una parroquia dedicada al beato Álvaro del Portillo. El párroco, don Douglas Bohórques, explica que se están construyendo los locales poco a poco, “estamos al comienzo – dice – un grupo de laicos está trabajando duro”.

“La zona se caracteriza por graves problemas sociales y son tantas las personas no bautizadas. Pero el lugar en donde estuvo el Papa Francisco está catalizando los intereses. Cada domingo, bajo el grande escenario, se celebra la misa precedida por encuentros de catequesis. En los meses pasados celebramos los primeros cinco bautismos y 32 fieles recibieron la primera comunión” – evidencia el párroco.

Siempre para recordar el aniversario de la visita, la Conferencia Episcopal organizó el pasado 7 de julio, una procesión que partió desde la Iglesia y el Convento de San Francisco, para llegar a la Catedral de la capital, Quito, donde fue celebrada la misa. “El Papa – escriben los obispos en un mensaje a los fieles – nos ha recordado que “somos verdaderamente hermanos y que la Iglesia es una casa de hermanos: cultivemos las semillas del mensaje del Papa en nuestros corazones, para que produzcan frutos de unidad, fraternidad y paz en la sociedad”.

Y no podía faltar el Papamóvil, que en recuerdo de la visita de Francisco, esta vez recorrió las calles del centro histórico de Quito con a bordo una imagen de Nuestra Señora del Quinche, ante la cual el Papa, hace un año, se detuvo a rezar antes de dejar Ecuador para ir a Bolivia.

(María Cecilia Mutual – RV)








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