2016-06-25 19:00:00

¿Cómo podemos ser misericordiosos con todos los defectos que tenemos?, se preguntó el Papa en Armenia


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Para responder a la pregunta Francisco habló de Gregorio de Narek, porque es un maestro de vida, que nos enseña que lo más importante es reconocerse necesitados de misericordia y frente a la miseria y las heridas no encerrarnos en nosotros mismos, sino abrirnos al Señor.

“Tal vez podríamos preguntarnos ¿Cómo se puede ser misericordiosos con todos los defectos y miserias que cada uno ve dentro de sí y a su alrededor?, dijo el Obispo de Roma y expresó: “Quiero fijarme en el ejemplo concreto… de Gregorio de Narek, palabra y voz de Armenia. Nadie como él ha sabido penetrar en el abismo de miseria que puede anidar en el corazón humano. Sin embargo, él ha puesto siempre en relación las miserias humanas con la misericordia de Dios, elevando una súplica insistente hecha de lágrimas y confianza en el Señor…”. Gregorio de Narek es un maestro de vida, porque nos enseña que lo más importante es reconocerse necesitados de misericordia y después, frente a la miseria y las heridas que vemos, no encerrarnos en nosotros mismos, sino abrirnos con sinceridad y confianza al Señor”.

Y Francisco invocar la misericordia divina y el don de no cansarse nunca de amar, con palabras de Gregorio: Espíritu Santo, «poderoso protector, intercesor y pacificador, te dirigimos nuestras súplicas [...] Concédenos la gracia de animarnos a la caridad y a las buenas obras [...] Espíritu de mansedumbre, de compasión, de amor al hombre y de misericordia, [...] tú que eres todo misericordia, [...] ten piedad de nosotros, Señor Dios nuestro, según tu gran misericordia» (Himno de Pentecostés).








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