2016-06-20 13:35:00

El Cristo de san Damián dijo a Francisco de Asís: "Restaura mi Iglesia"


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

El gran Crucifijo de 1,90 metros de san Damián en Asís, es mundialmente famoso porque desde esa Cruz, Jesús habló a san Francisco. Cuando murió santa Clara, las clarisas se llevaron el Crucifijo a la actual iglesia de Santa Clara y, ahora, después de 800 años, volvió solo por 5 días a la iglesita de San Damián, del 15 al 19 de junio.

En el siglo XII, aunque estaba en ruinas y abandonada, Francisco de Asís, movido por el Espíritu, entró en la iglesita y se puso a rezar delante de la Cruz. Ahí fue que escuchó de Jesús: “Ve Francisco, restaura mi Iglesia”. Poco a poco Francisco de Asís comprendió que no se trataba del edificio físico de uno o varios templos. Y el “pobrecito de Asís”, restauró la Iglesia de su tiempo, reeditando el Evangelio de Jesús en su propia vida. Vivió radicalmente la “pobreza evangélica”. Se desprendió, se despojó absolutamente de los bienes materiales. Renunció a su herencia y se convirtió en un mendigo, para tener solo a Dios y el tesoro del cielo.

Cuando en marzo de 2013 el Cardenal Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa, decidió llamarse Francisco y a los 3 días,  el 16 de marzo dijo a los periodistas: “Cómo quisiera una Iglesia pobre para los pobres”. Pienso que es un claro llamado de Dios a toda la Iglesia. Hoy como ayer nos pide volver al Evangelio de Jesús. Que el don del espíritu de pobreza evangélica que Dios concedió a Francisco de Asís, descienda sobre Francisco Papa y la Iglesia entera. @jesuitaguillo








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