2016-05-20 19:57:00

El Misterio de la gozosa Unidad que el Amor hace perfecta, y a la que estamos llamados a participar vos y yo


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Tiene que ver con el aire, con el aliento, con el soplo que respiramos vos y yo. En la intimidad del encuentro profundo con sus discípulos en la última cena, Jesús habla veladamente de la Trinidad que constituye con el Padre y el Espíritu de amor que respiran los dos y que los consolida en la perfecta unidad, indestructible, fuerte y poderosa, creadora y regeneradora, purificadora y vivificante de Dios; habla del misterio de la Vida feliz de Dios en esa Unidad que el Amor hace indestrucible, poderosa; que lo hace un solo Dios en tres personas.

Pero también es un misterio el que Dios quiera hacernos partícipes a vos y a mí de la alegría de su propia unidad en el amor. Y este es el trabajo de Jesús de la cruz y la resurrección.

Como “nadie ama lo que no conoce”, Jesús promete primero a sus discípulos el “conocimiento de la verdad” que solo el Espíritu puede infundir en tu corazón y el mío, que nos habla desde adentro voz interior. Despues de resucitar Jesús sopla su propio aliento sobre los discípulos, el Espíritu de Amor que lo une con el Padre. Los discípulos misioneros que aceptan y reciben este Espíritu de Jesús son envueltos, abrazados en la unidad perfecta, indestructible, poderosa, purificadora y vivificadora del Dios santo y misericordioso, trino y uno.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Amén








All the contents on this site are copyrighted ©.