2016-05-12 18:57:00

Papa a las consagradas: una Comisión estudiará el diaconado femenino


(RV).- Una comisión que estudie la cuestión del diaconado de las mujeres y aclare los motivos por los cuales no se les permite a las consagradas la homilía de la misa. Son dos de los muchos temas delicados a los que respondió el Papa Francisco durante el encuentro con la Unión de Superioras Mayores (UISG),la mañana del jueves 12 de mayo en el Aula Pablo VI.

En el largo diálogo, el Papa invitó a las consagradas a evitar los riesgos del "feminismo" y de la "servidumbre" en la Iglesia en lugar del "servicio". La nota es de nuestro compañero del programa italiano, Alessandro De Carolis:

“Hace mucho tiempo que el magisterio de los Papas celebra el "genio femenino" en la Iglesia. Y el genio femenino pide al Papa de contar más. Varias preguntas subdivididas en cuatro bloques, concretas, directas, al estilo de Francisco, sobre cuestiones que las consagradas del mundo advierten como urgentes, y para las cuales piden respuestas claras”.

Mirada femenina en la Iglesia

El primer tema se refirió a la presencia de las mujeres en los procesos de toma de decisiones de la Iglesia. El Papa Francisco se dice de acuerdo a un aumento de responsabilidades en los distintos niveles de parte de personalidades femeninas, en los casos en que no exista la jurisdicción que esté conectada al orden sagrado. Esto se debe - dijo - a que  la mirada de una mujer puede contribuir a enriquecer sea el proceso de elaboración de una decisión, sea aquel ejecutivo.

Comisión de estudio del diaconado permanente a las mujeres

En el subrayar luego como son ya protagonistas en el servicio a los pobres y enfermos, en la catequesis y en muchos otros ministerios de la iglesia, las consagradas presentaron el tema de la apertura a las mujeres del diaconado permanente, con referencia a la Iglesia primitiva. Francisco recordó que el antiguo papel de las diaconisas no está todavía muy claro y dijo que estaba dispuesto a interesar sobre el tema a una Comisión de estudio.

Las mujeres y la homilía en las misas

Las religiosas también piden al Papa la posibilidad de pronunciar la homilía durante la misa. El Papa distingue entre la predicación pronunciada durante una Liturgia de la Palabra - que puede ser realizada sin dificultad por una mujer, consagrada o laica - de la Liturgia Eucarística, en la que la homilía está relacionada con la presidencia de la celebración, que es propia del sacerdote. Más bien, el Santo Padre exhorta a estar en guardia ante dos tentaciones: la del feminismo - porque la mujer vive en la Iglesia con la alta dignidad que viene de bautismo – y aquella muchas veces estigmatizada del clericalismo, que se verifica cuando los sacerdotes pretenden guiar solos, las propias parroquias, sin estimular la sinodalidad y la colaboración, con el apoyo de los laicos que por comodidad se dejan "clericalizar".

Presentes donde se decide

Hablando de una mejor inserción de las consagradas en la vida de la Iglesia, el Papa auspicia su presencia en las asambleas del dicasterio de los religiosos y en las asambleas en las que se debaten cuestiones de su pertinencia.

Servicio no servidumbre

Francisco se detiene luego a apreciar la maternidad que religiosas y consagradas expresan en el cuidado de las diversas formas de marginación y al mismo tiempo estigmatiza la distorsión de la que en algunos casos es sujeto el servicio desarrollado por las monjas, por ejemplo cuando su presencia está dedicada al cuidado no de las almas sino exclusivamente al servicio servil de una canónica.

El Código se puede cambiar

Un ulterior bloque de preguntas pone de relieve el trabajo de reforma en acto en muchas Congregaciones e Institutos y de posibles dificultades de naturaleza canónica. El Papa se ha manifestado favorable a la posibilidad también de aportar pequeñas modificaciones a la ley de la Iglesia, con tal que – afirma– ello sea siempre el resultado de un profundo discernimiento por parte de las autoridades competentes.

Difícil el “para siempre”

Una pregunta pone al descubierto el sentido de lo provisorio que  cuestiona a muchos jóvenes frente a un compromiso para la vida. Francisco, concuerda, indicando lo afirmado en la ”Amoris Laetitia” y relevando otra vez el problema de la escasa preparación de los novios al matrimonio. Acerca la vida consagrada, el Papa recuerda el ejemplo de San Vicente de Paul que por un determinado tipo de servicio había preferido el camino de los votos temporales.

Carismas, dinero y pobreza

Son severas las palabras con las que Francisco se detiene sobre aquel tipo de “mercado” al que a veces se asiste con ocasión de la solicitud de contribuciones para la administración de los Sacramentos y solicita a la vida religiosa a custodiar el valor de la pobreza, que protege de errores y derivaciones de los carismas, sin subvaluar la necesidad de cuidar la administración de los bienes.

Místicas no quiere decir “momias”

Una pregunta se concentra sobre la etiqueta de “activistas sociales” que tantas religiosas se ven adosar mientras desarrollan su servicio entre los más pobres. Ciertamente toda consagrada – afirma el Papa – debe tener una vida mística, pero eso no quiere decir, agrega, ser una “momia”. Si el carisma pide servir, hay que hacerlo, no obstante el riesgo de malas lenguas o calumnias. 

Sepan descansar

Francisco termina invitando a las consagradas a dar el espacio justo al reposo y a no descuidar a las hermanas ancianas o aquellas enfermas: ellas son la memoria del instituto con su experiencia y sabiduría.

Traducido por Griselda Mutual - Radio Vaticano

 








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