2016-05-07 13:56:00

La paz de Jesús brota de la victoria sobre el egoísmo que nos impide amarnos como hermanos, dijo el Papa


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Jesús está cerca de nosotros, su Espíritu actúa en nosotros y la señal de la presencia del Espíritu es la paz que Jesús da a los discípulos, dijo el Papa en su reflexión del domingo 1 de mayo. Esta paz es diferente de aquella que los hombres se desean e  intentan realizar. La paz de Jesús brota de la victoria sobre el pecado, sobre el egoísmo que nos impide amarnos como hermanos.

“¡No estamos solos! –dijo Francisco-, Jesús está cerca de nosotros, en medio de nosotros, dentro de nosotros! Su nueva presencia en la historia ocurre mediante el don del Espíritu Santo, por medio del cual es posible instaurar una relación viva con Él, el Crucificado Resucitado. El Espíritu, infundido en nosotros con los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, actúa en nuestra vida. Él nos guía en la forma de pensar, de actuar, de distinguir qué cosa es buena y qué cosa es mala; nos ayuda a practicar la caridad de Jesús, su donarse a los  demás, especialmente a los más necesitados".

"¡No estamos solos! Y la señal de la presencia del Espíritu Santo es también la paz que Jesús dona a sus discípulos: «Les doy mi paz» (v. 27).

Ella es diferente de aquella que los hombres se desean e  intentan realizar. La paz de Jesús brota de la victoria sobre el pecado, sobre el egoísmo que nos impide amarnos como hermanos. Es don de Dios y señal de su presencia. Todo discípulo, llamado hoy a seguir a Jesús cargando la cruz, recibe en sí la paz del Crucificado Resucitado en la seguridad de su victoria y en la espera de su definitiva venida".








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