El Papa en la semana

El Evangelio de la Misericordia

(RV).- En su homilía de la Misa celebrada el Domingo de la Divina Misericordia, el  Santo Padre recordó que Cristo, que por amor entró a través de las puertas cerradas del pecado, de la muerte y del infierno, también desea entrar en cada uno de nosotros para abrir de par en par las puertas cerradas de nuestro corazón. E invitó a salir de nosotros mismos como pide el Señor.

Al rezar el Regina Coeli del II Domingo de Pascua, el Papa Bergoglio afirmó que ese día es como el “corazón del Año Santo de la Misericordia”, y dirigió su pensamiento a todas las poblaciones que tienen sed de reconciliación y de paz. De modo especial, al drama de quienes padecen las consecuencias de la violencia en Ucrania.

El Pontífice explicó que además de su cercanía y oración constante decidió promover una ayuda humanitaria en su favor, para lo cual invitó a realizar una colecta especial en todas las iglesias de Europa el último domingo de abril.

El Obispo de Roma también recordó que al día siguiente se celebraba la Jornada Mundial contra las minas antipersonales, por lo que pidió que se renueve el empeño por un mundo sin estos artefactos de muerte y mutilación.

Por último, y antes de rezar a la Madre de Dios, Francisco dirigió un saludo especial a los grupos que cultivan las espiritualidad de la Divina Misericordia.

“Acerquémonos al sacramento de la reconciliación que actualiza la fuerza del perdón que nace de la cruz y renueva en nosotros la gracia de la misericordia divina, haciéndonos capaces de amar y perdonar como el Señor nos nos amó y nos perdonó”.

Fue la invitación del Papa Francisco al saludar en nuestro idioma a los fieles y peregrinos que participaron en la audiencia general del primer miércoles de abril.

Tras haber concluido sus reflexiones sobre la misericordia de Dios en el Antiguo Testamento, el Pontífice inició una nueva serie de catequesis acerca del modo en que el Señor la ha llevado a su plenitud.

Y con la meditación de un pasaje tomado del Evangelio de San Mateo, el Obispo de Roma se refirió al Evangelio de la Misericordia.

(María Fernanda Bernasconi – RV).