2016-04-07 14:29:00

Se cumplen 7 años del terremoto de la ciudad italiana de L'Aquila


(RV).- Una ciudad fantasma, apuntalada, empapelada con fotos y recuerdos de las víctimas. Han pasado 7 años del terremoto que sufrió la localidad italiana de L’Aquila que dejó 309 muertes, más de 1.500 heridos  y arrasó casi al completo con una ciudad que todavía no ha levantado la cabeza.

En los periódicos italianos se lee como todavía hoy siguen cayendo los balcones o trozos de las casas que se mantuvieron en pié después de que aquel seísmo de 6.3 puntos entrara en sus hogares en la noche, sin avisar. Siete años después, dar un paseo por la ciudad pone los pelos de punta. A través de alguna puerta de madera antigua, medio abierta, se pueden ver como dejaron las casas, objetos de la vida diaria, que nadie volvió a recoger. Tazas, juguetes, ropa en los sillones, libros… La residencia de estudiantes donde murieron jóvenes de diferentes nacionalidades, está al lado de la carretera que llega al centro de L’Aquila. Llama la atención a todo el que pasa la verja metálica que cierra el reciento, completamente llena de fotografías y pañuelos con mensajes de los amigos de las víctimas. “No os olvidaremos”.

309 nombres, con 309 fotografías de sus rostros que yacen en la Capilla de la Memoria y recuerdan a aquellos niños, jóvenes, ancianos o a aquellas parejas de recién casados que perdieron su vida.

Y hace siete años hasta allí llegó el Papa Benedicto XVI para consolar y abrazar a los supervivientes y para rezar por las víctimas. “Llevo en mi corazón a todas las víctimas de esta catástrofe: niños, jóvenes, adultos, ancianos, tanto de los Abruzos como de otras regiones de Italia, e incluso de diversas naciones. Mi visita a la basílica de Collemaggio, para venerar las reliquias del santo Papa Celestino V, me ha permitido palpar el corazón herido de esta ciudad. Así he querido rendir homenaje a la historia y a la fe de vuestra tierra, y a todos vosotros, que os identificáis con este santo. Sobre su urna, como ha recordado usted, señor alcalde, he dejado como signo de mi participación espiritual el palio que me impusieron en el día del inicio de mi pontificado”, un gesto de Benedicto XVI ante este Santo Papa que ya renunció al Pontificado en 1294, que luego adquirió una emoción especial en febrero 2013 cuando renunció el pontífice alemán.  

“Además, para mí ha sido muy conmovedor orar ante la Casa del estudiante, donde la violencia del terremoto segó varias vidas jóvenes. Al atravesar la ciudad, he tomado mayor conciencia de las graves consecuencias del terremoto. Me encuentro ahora en esta plaza, situada frente a la escuela de la Guardia de Finanza, que prácticamente desde el primer momento funciona como cuartel general de toda la labor de socorro. Este lugar, consagrado por la oración y el llanto por las víctimas, constituye en cierto modo el símbolo de vuestra tenaz voluntad de no caer en el desaliento”, añadió conmocionado Benedicto XVI ese 29 de abril de 2009.

Una tragedia que ha dejado huella en la historia de Italia y que sus habitantes hoy todavía intentan superar. Fabio Colagrande de Radio Vaticana, ha entrevistado a don Luigi Epicoco, responsable del servicio Pastoral universitario de la diócesis quien explica que a pesar de todas las dificultades que tienen los habitantes para llegar a las iglesias del centro histórico, la zona más afectada de la ciudad, cada domingo las misas  están llenas de fieles. Un gesto –asegura- que quiere decir “estamos aquí y queremos volver”. L’Aquila sigue siendo un lugar con una gran esperanza que, aunque entre escombros, “todavía sigue abierto”.

(MZ-RV)








All the contents on this site are copyrighted ©.