2016-03-31 12:57:00

La falta de esperanza es una trampa que nos encierra en nosotros mismos, dice el Papa


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

¿Tengo esperanza? Tampoco nosotros encontraremos la vida si permanecemos tristes y sin esperanza y encerrados en nosotros mismos. Abramos en cambio al Señor nuestros sepulcros sellados, para que Jesús entre y los llene de vida, afirmó Francisco en la Vigilia Pascual 2016.

Las mujeres, que habían salido muy temprano por la mañana para realizar una obra de misericordia, para llevar los aromas a la tumba –dijo-, estaban “despavoridas y mirando al suelo”, pero se impresionaron cuando oyeron las palabras del ángel: “¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?”. Y explicó: “Tampoco nosotros encontraremos la vida si permanecemos tristes y sin esperanza y encerrados en nosotros mismos. Abramos en cambio al Señor nuestros sepulcros sellados, para que Jesús entre y lo llene de vida; llevémosle las piedras del rencor y las losas del pasado, las rocas pesadas de las debilidades y de las caídas. Él desea venir y tomarnos de la mano, para sacarnos de la angustia”.

¿Qué respondo al llamado del Sucesor de Pedro a abrir el propio sepulcro para que entre Jesús y lo llene de vida?

Francisco insistió: “la primera piedra que debemos remover es la falta de esperanza que nos encierra en nosotros mismos. Que el Señor nos libre de esta terrible trampa de ser cristianos sin esperanza, que viven como si el Señor no hubiera resucitado y como si nuestros problemas fueran el centro de la vida".

 








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