2016-03-12 12:01:00

Compartir y donar a los que lo necesitan, un camino de auténtica humanidad, que Dios sugiere también a los no cristianos


(RV).- En la catequesis de la tercera Audiencia Jubilar del Año de la Misericordia, el Santo Padre Francisco reflexionó y explicó la relación entre Misericordia y servicio, a partir del pasaje del Evangelio de Juan 13,12-14, que narra el episodio del lavatorio de los pies, "un gesto que quedó grabado en la memoria de los discípulos", y que en la cercanía a la fiesta de la Pascua, "misterio central de nuestra fe", nos ayuda a comprender dicha relación:

"Queridos hermanos y hermanas: En el relato del Evangelio de San Juan, que hemos escuchado, Jesús, el Maestro, el Señor, lava los pies a sus discípulos, y les manda que hagan esto mismo entre ellos. Jesús enseña a sus discípulos que el servicio es el camino que deben recorrer si quieren vivir su fe en él y dar testimonio del amor".

El Papa Francisco remarcó las palabras finales de Jesús en el relato del Evangelista Juan, para explicar el modo en que Jesús indica a sus discípulos el servicio como camino a recorrer para vivir la fe en Él y dar testimonio de su amor: «¿Comprenden lo que acabo de hacer? Si yo, que soy  maestro y señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros». 

"El lavatorio de los pies nos muestra el modo de actuar de Dios para con el hombre, no con palabras, sino con obras y en verdad", dijo hablando en español, mientras que, hablando en italiano, señaló que esta revelación del modo de actuar de Dios lo escribe el Evangelista Juan en su primera carta (3,16.18), cuando dice: «Hijitos, no amemos de palabra y con la boca, sino con obras y de verdad», e insistió: "¡El Amor no son palabras, son obras y servicio!".

"El amor  - continuó - se concreta en el servicio humilde, hecho en el silencio y en lo escondido. Este se manifiesta también cuando ponemos a disposición de la comunidad los dones recibidos del Espíritu Santo, y cuando compartimos los bienes materiales para que nadie carezca de lo necesario. El compartir y la donación a los que lo necesitan es un estilo de vida, un camino de auténtica humanidad, que Dios sugiere incluso a muchos que no son cristianos. Por último, no olvidemos que la invitación a lavarnos recíprocamente los pies significa vivir en nuestra vida el mandamiento nuevo del amor, confesando mutuamente nuestras faltas, perdonándonos de corazón y rezando los unos por los otros".

El Santo Padre invitó también a recordar las palabras del santo obispo Agustín, que escribía: «No desprecie el cristiano de hacer lo mismo que hizo Cristo. Porque cuando el cuerpo se inclina hasta los pies del hermano, también en el corazón se enciende, y si ya estaba se alimenta, el sentimiento de humildad». «Perdonémonos mutuamente nuestras faltas y oremos juntos por nuestras culpas y así de este modo nos lavaremos los pies recíprocamente (In Joh 58,4-5).

Saludando a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Latinoamérica y Guinea Ecuatorial, el Santo Padre deseó que "en la fiesta ya cercana de la Pascua, aprendamos que ser misericordiosos como el Padre significa seguir a Jesús por el camino del servicio". "Que Dios los bendiga", concluyó".

(GM - RV)








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