2016-03-02 17:54:00

Diálogos de Radio Vaticano, con el padre Sergio Moreno


La inmortalidad del “yo” humano

Continuamos analizando el misterio Pascual, enfocándolo desde el punto de vista filosófico. 

Hay otro tipo de inmortalidad, más típico del filósofo que del poeta, más del hombre espiritual que del militar, más del sabio que del político, que considera al hombre inmortal en la individualidad de su propio “yo”. En efecto, para muchos sistemas de pensamiento, lo que no alcanzará inmortalidad es precisamente lo que salta a la vista como caduco y efímero, es decir, la vida vivida, la dedicación y la entrega apasionadas, el éxito militar o político, toda la riqueza de la memoria histórica. Por el contrario, lo que queda del hombre después de la muerte y para siempre, es su alma inmortal y con ella, en el mejor de los casos, las virtudes que ha consolidado mientras vivía en la tierra - especialmente la justicia y la veracidad - mediante el desprendimiento sistemático de todo lo que por propia naturaleza no puede participar en la eternidad.

Diversamente del planteamiento anterior, en este caso la muerte no significa la aniquilación del individuo, sino más bien la continuación para siempre de su parte mejor y espiritual, el alma, una vez disueltos los lazos de la carne, del mundo, de lo perecedero, de la vida ordinaria e histórica vivida y acumulada durante los años que el hombre pasó sobre la tierra.

23 de marzo








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