2016-03-02 12:47:00

Diálogos de Radio Vaticano, con el padre Sergio Moreno


Dos formas de inmortalidad humana

Continuamos analizando el misterio Pascual desde el punto de vista filosófico.

Siguiendo una reflexión de Hannah Arendt sobre la teleología humana, son dos los modos principales en que la cultura clásica griega dio expresión duradera a la búsqueda de inmortalidad humana; dos modos que se encuentran en diversos contextos culturales a lo largo de la historia: la inmortalidad de la vida humana, y la inmortalidad del “yo” humano. Como es lógico, cada una de estas comprensiones va emparejada con un modo específico de plantear la muerte.

El hombre espontáneamente entiende y explica el anhelo profundo de perdurar para siempre como una inmortalidad, por así decirlo, “de su vida”, esto es, como una permanencia en la memoria del pueblo de las grandes obras y nobles hazañas que llevó a cabo en la tierra. En otras palabras, lo que perdura del hombre es la fama, la gloria de sus obras, el nombre: el heroísmo en el campo de batalla, las obras artísticas o arquitectónicas de las que se hizo responsable, los hijos y las riquezas que poseía y dejó en herencia. Lo cual queda bien expresado en el verso heroico de Homero (gracias a él los grandes héroes de Troya, Patroclo, Ayax, Ulises, continúan presentes en la consideración de la humanidad) y Ovidio, así como los escritos de Herodoto, (quien escribió sus Historias con la finalidad explícita de asegurar que las grandes gestas de los hombres no caigan en el olvido, sino que se inmortalicen), Tucídides y otros.

16 de marzo








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