«La cruz de Jesús: símbolo de la misericordia de Dios», nuestra audiencia en las Redes

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(RV).-  Papa Francisco: «Quiero reflexionar hoy sobre el sentido de la Puerta Santa: una puerta que se abre en la Iglesia para salir al encuentro de aquellos que por tantas razones se encuentran lejos. También las familias están invitadas a abrir sus puertas para salir al encuentro de Jesús que nos espera paciente, y que quiere traernos su bendición y su amistad. Una Iglesia que no fuera hospitalaria o una familia cerrada en sí misma sería una realidad terrible, que mortifica el Evangelio y hace más árido el mundo».

Con esta invitación del Papa Francisco, en su catequesis del 18 de noviembre de 2015, a "abrir las puertas de la Iglesia para todos y salir al encuentro de nuestros hermanos más necesitados", damos paso a la lectura de los mensajes que recibimos de los amigos y seguidores en Internet, en nuestra página de Facebook Radio Vaticana en español y en nuestro Twitter @news_va_es, reflexionando sobre el significado de este Año Santo de la Misericordia. Escuchemos:

Denise Almansa escribe: "Cuántas puertas cerramos a los demás a lo largo de la vida, por miedo, por comodidad, por falta de entrega, por egoísmo. Cuántas veces negamos nuestra ayuda al necesitado, nuestro tiempo al hermano o hermana que requería de nuestra presencia. Las palabras del Papa nos hacen pensar en la misericordia de que este año no digamos que no a Dios y le abramos la puerta de nuestro corazón definitivamente".

Alicia Alonso comenta: "Si Dios nos perdona a cada uno cuando nos arrepentimos de corazón, ¿cómo no vamos a poder nosotros perdonar a los demás cuando nos han herido, nos han hecho daño o lastimado? ¿A caso nosotros no hemos herido alguna vez el corazón de Dios con nuestras soberbias, mentiras, egoísmos, desplantes , negaciones, renuncias y rechazos? Si nosotros que somos pecadores hemos sido perdonados y reconfortados por la misericordia de Dios, hagamos lo mismo con los demás.

Edgar Blasco comparte: "La solidaridad, la caridad y el perdón; son el camino que nos lleva a vivir un estilo de vida como el que vivió Jesús. Revolucionó el mundo con un único instrumento: el amor. Cada vez que cerramos una puerta al hermano que sufre, negamos ayuda, cerramos los ojos ante una injusticia o miramos para otro lado; es a Jesús a quien se lo estamos haciendo, nuestra indiferencia hiere no sólo al prójimo, sino también a Dios".

Daniel Carrera escribe: "La cruz de Jesús es símbolo de la misericordia de Dios, quien amó tanto al mundo que envió a su Hijo para la salvación de la humanidad. La Iglesia debe esforzarse más para llegar a aquellos hermanos que no han conocido el mensaje del Evangelio o que por algún motivo se han apartado, debe tocar el corazón de los que sufren y los más desprotegidos de la sociedad. Esa es la misión que le fue encomendada".

Papa Francisco: «La puerta abierta nos habla de confianza, de hospitalidad, de acogida. La puerta es para proteger pero no para rechazar, y además no puede ser forzada, pues la hospitalidad brilla por la libertad de la acogida».

Ilenia Burgueño comenta: "Celebrar un Año Jubilar significa celebrar un año de perdón de los pecados. Todos estamos marcados y heridos por la enfermedad del pecado. Por tanto, este Año Santo es una buena noticia, que debe convertirse en un tiempo de meditación, de confesión y de reconciliación con Dios y con nuestros hermanos".

Regresar a los brazos del Padre significa volver a casa, a nuestra raíces, al amor sin límites ni condiciones. Oremos para que este Año Santo derrame Misericordia sobre la Iglesia y la renueve de todos sus males.

Papa Francisco: «Jesús; una puerta por la que podemos entrar y salir sin temor. La Iglesia debe colaborar con Cristo como el guardián del que habla el evangelio, escuchando la voz del Pastor y dejando entrar a todas las ovejas que Él trae consigo. Jesús siempre llama, siempre pide permiso».

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