"Vivamos el Jubileo como un tiempo de renovación", comentarios de nuestros oyentes

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«El Año Santo de la Misericordia ha comenzado en toda la Iglesia y se celebra en cada diócesis, como un signo visible del amor misericordioso del Padre y de la comunión universal. La Iglesia, que es “una”, vive la comunión con Dios mismo. Este misterio de comunión hace crecer y madurar en nuestro corazón el amor de Dios, que se manifiesta en la misericordia y el perdón». Con estas palabras el Papa Francisco explicó en su catequesis del 16 de diciembre de 2015 el significado del Año Santo de la Misericordia, que acabamos de iniciar. 

Papa Francisco:«Amar y perdonar son el signo concreto y visible de que la fe ha cambiado nuestros corazones».

En nuestro espacio de Facebook Radio Vaticana en español preguntamos a nuestros oyentes con qué gestos concretos podemos prepararnos para vivir plenamente este Jubileo de la Misericordia. Escuchemos sus respuestas:

Elisa del Río escribe: "El primer paso para prepararnos para este Jubileo es confesarnos. Vivir verdaderamente el sacramento de la confesión, no como una incómoda experiencia sino como una agradable y necesaria renovación espiritual de liberación que permita quitar lo que nos angustia el corazón. No tengamos miedo a la confesión.Como nos  recuerda el Papa Francisco, Dios perdona todo si nuestro arrepentimiento es sincero".

Emiliano Denaris comparte: “Hagamos el esfuerzo de practicar la virtud de la humildad.La soberbia humana es una tentación constante. Luchemos contra ella. Pidamos a Dios obtener la gracia de ser humildes, como él”.

Serena López comenta: “Aprovechemos este Jubileo para ser más misericordiosos, perdonar a los que nos han ofendido, a los que nos han hecho daño, insultado o calumniado. No seamos rencorosos ni orgullosos. Perdonemos a los demás tal y como nuestro Padre nos perdona a nosotros, sin cansarse, sin condiciones, sin reproches”.

Papa Francisco: «La confesión es también un signo importante del Jubileo. Acercarse al Sacramento de la Reconciliación es recibir directamente la misericordia divina y, si nos abrimos a ella, también nosotros seremos capaces de perdonar a los demás».

Julia Ortega escribe: “Practiquemos la caridad. Impliquémonos en los problemas de nuestra sociedad, cada uno en la medida de sus posibilidades. Dejemos de cerrar los ojos ante las injusticias que vemos a nuestro alrededor. Atendamos a los enfermos, los pobres y los más desamparados de la sociedad. Todos podemos hacer algo para cambiar la vida de quienes más sufren”.

Luisa Esquivel dice: “Preparemos nuestro corazón para vivir este Año Santo, leyendo cada día un pasaje del Evangelio, acercándonos a la Palabra de Dios y esforzándonos por ponerla en práctica en nuestras vida cotidiana. Si nos hemos alejado del Padre, por algún motivo, sea cual sea, aprovechemos este año para reflexionar y preguntarnos por qué nos apartamos de su lado y por qué no decidimos ahora regresar".

Silvana Serdeña comenta: “El Año de la misericordia es un año especial que debe ayudarnos a cambiar aquella parte de nuestra personalidad que nos impide vivir en armonía. Dejar atrás nuestros egoísmos y dar un paso hacia delante. No dejarnos consumir por el egocentrismo que nos impide ser misericordiosos como el Padre”.

Papa Francisco: «Hermanos y hermanas, les animo a abrir la puerta del corazón para dejar entrar a Cristo y ser portadores de su misericordia. Jesús nos anima a salir al encuentro de los demás para llevarles su amor». 

«Como nos enseña la parábola del Hijo Pródigo, nunca es tarde para volver a los brazos de nuestro Padre. Él siempre nos espera».

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