2016-01-04 12:36:00

Generaciones de personas de fe piden su intercesión y su consuelo con los ojos fijos en la imagen de la Virgen, dijo Francisco


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Salve, Madre de misericordia! Fue el saludo del Papa a la Virgen María, después de abrir la Puerta Santa del Jubileo de la misericordia en la Basílica romana Santa María Mayor, dedicada a ella con el título de Madre de Dios.

Francisco dijo que: “Salve, Madre de misericordia”, es el comienzo de un antiguo himno de autor desconocido y que ha llegado a nosotros como una oración que brota espontáneamente del corazón de los creyentes. La oración a la que se refiere dice así: “Dios te salve, Madre de misericordia, Madre de Dios y Madre del perdón, Madre de la esperanza y Madre de la gracia, Madre llena de santa alegría”.

El Obispo de Roma explicó que “en estas pocas palabras se sintetiza la fe de generaciones de personas que, con sus ojos fijos en el icono de la Virgen, piden su intercesión y su consuelo”. Y afirmó: “Hoy más que nunca resulta muy apropiado que invoquemos a la Virgen María, sobre todo como Madre de la Misericordia. La Puerta Santa que hemos abierto es de hecho una puerta de la Misericordia. Quien atraviesa ese umbral está llamado a sumergirse en el amor misericordioso del Padre, con plena confianza y sin miedo alguno; y puede recomenzar desde esta Basílica con la certeza de que tendrá a su lado la compañía de la Virgen María”.

 








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