2015-12-09 10:21:00

La Madre de Jesús nos ayude a ser antorchas de la misericordia de Dios en el mundo, pidió el Papa


Estamos llamados a vivir las obras de misericordia corporales y espirituales

 (RV).- En su cordial bienvenida a los peregrinos de tantas partes del mundo, que participaron en la primera audiencia general del Jubileo de la Misericordia, al día siguiente de abrir la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco quiso reiterar su exhortación a invocar el amparo de María, Madre de Misericordia, en especial en este Año Santo extraordinario, rogando a «la Virgen que nos ha donado a Jesús – fuente de misericordia – que nos guíe a Jesús misericordioso».

«Ayer, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, hemos comenzado el Jubileo de la Misericordia. Que la Virgen María interceda por nosotros, para que este Año Santo sea rico en copiosos frutos y, haciendo todos experiencia del cuidado de Dios para con nosotros, guíe nuestro actuar según las obras de misericordia corporales y espirituales, que todos estamos llamados a vivir».

El Obispo de Roma hizo hincapié en que el Jubileo es un tiempo favorable para todos nosotros para vivir la misericordia, para experimentar en nuestra vida el perdón de Dios y perdonar a los hermanos, «resplandeciendo como antorchas de la misericordia de Dios en el mundo», para ser testimonios vivos y creíbles, mirando a María para que nos guíe al encuentro con el Amor que transforma todo. Y puso de relieve, una vez más, la fiesta litúrgica de la Inmaculada y el Año Santo:

«La Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María y el comienzo del Jubileo extraordinario de la Misericordia, en el que hemos participado ayer, nos exhortan a ser, siguiendo el ejemplo de María santos y perfectos ante el Señor y a experimentar el perdón de Dios en nuestra vida, a través del compromiso en las obras de misericordia. Que la Santísima Virgen nos ayude a vivir la alegría del encuentro con la Gracia divina que todo transforma».

Recordando que nos preparamos a celebrar el nacimiento de Jesús, a acoger al Niño Dios, el Santo Padre deseó también a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados que la Virgen María los acompañe, cuide y guíe:

«Que la Madre de Jesús les enseñe, queridos jóvenes, a acoger en vuestro corazón el nacimiento del Salvador; que los ayude a ustedes, queridos enfermos, a encomendarse siempre a los brazos de la Divina Providencia; y que les conceda a ustedes, queridos recién casados, hacer de la misericordia el criterio de vuestra vida conyugal».

(CdM – RV)








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