2015-12-05 14:14:00

Programa en español para Guinea Ecuatorial y África


 

(RV).- Desde el corazón de África, tierra sufriente, el Papa Francisco elevó el ruego a la Misericordia del Padre, también por los pueblos que en todo el mundo sufren por la cruz de la guerra.

Dedicamos nuestro espacio al anhelo que impulsó al Papa Francisco a realizar su Viaje Apostólico a África: abrir la primera Puerta Santa de la Misericordia, en la Catedral de Bangui. Y recordamos el mensaje que el Obispo de Roma entregó en Uganda, a los sacerdotes y consagrados: Jesús quiere servirse de ustedes para ayudar a los más necesitados.

Mientras la Iglesia universal se prepara para inaugurar el Año Jubilar de la Misericordia, resuenan las palabras del Papa Francisco, en el primer Domingo de Adviento -  tiempo litúrgico de la espera del Salvador y símbolo de la esperanza cristiana – en el que como él mismo dijo, Dios guió sus pasos hasta la República Centroafricana.

Nos acompaña nuestro enviado especial, Renato Martínez, que en Bangui «capital espiritual de la Misericordia», acompañó al Santo Padre en lo que fue un evento extraordinario e histórico, su peregrinación como Apóstol del Evangelio de Cristo.

En su audiencia general de esta semana, el Papa afirmó que tuvo «la alegría de abrir la Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia, en la República Centroafricana, como signo de esperanza para ese pueblo, para toda África y para el mundo entero, deseando paz, reconciliación y progreso».

«Jesús desea servirse de ustedes para tocar los corazones», señaló el Papa Francisco en el umbral del Jubileo de la Misericordia. Y reiterando que los pueblos anhelan el perdón y la paz, ante un mundo que nos preocupa y que requiere nuestra oración, aseguró también que ruega por el querido pueblo de Burundi.

En la Catedral de Santa María en la capital de Uganda,  en su encuentro con los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas, tras escuchar sus testimonios de esperanzas y preocupaciones y de la alegría que los anima en su servicio al pueblo de Dios, el Papa Francisco los alentó a continuar el gran legado de la Iglesia en la nación ugandesa.

En el Mensaje que les entregó y encomendó, en la víspera del primer domingo de Adviento, tras recordar la importancia del encuentro personal con Jesucristo, tanto en el ministerio sacerdotal como en la consagración religiosa, el Obispo de Roma hizo hincapié en que Jesús «quiere servirse de sus bocas para proclamar su palabra de salvación, de sus brazos para abrazar a los pobres que Él ama, de sus manos para construir comunidades de auténticos discípulos misioneros».

En la Iglesia nos gusta pensar que África es el continente de la esperanza y no faltan motivos para ello, aseguró también el Papa.

Al concluir con este encuentro su visita a los queridos hermanos y hermanas de Uganda, el Papa Francisco recordó su intensa jornada en la que se pudo acercar «como peregrino» al Santuario de los Mártires Ugandeses, en Namugongo y su alegría al encontrar a «muchísimos jóvenes que son el futuro de la Nación y de la Iglesia».

Alentando una vez más a afrontar los desafíos del futuro con firme esperanza en las promesas de Cristo, el Santo Padre aseguró: «ciertamente me iré de África con una esperanza grande en la cosecha de gracia que Dios está preparando en medio de ustedes».

(CdM – RV)








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