2015-11-14 15:46:00

El Juicio será en primavera


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Él pondrá nombre a cada una de las partes del fuerte contraste. Jesucristo definirá el combate entre la luz y las tinieblas, entre la alegría del Evangelio y la tristeza que dejan los engaños del mal. Y esto sucederá el día del vencimiento de todo. Porque así como los productos del mercado, todos y cada uno tienen escrita una fecha de vencimiento, así también el mal, el dolor, la muerte, tienen fecha de vencimiento. También el tiempo mismo acabará.

Así como vemos en el invierno crudo el árbol que parece seco y muerto, pero que por dentro le va pasando algo que recién advertimos en la primavera, asi también, aunque hoy vemos los signos y sentimos los síntomas del mal, del dolor, de la muerte, ensañados con nuestros seres queridos y con nosotros mismos. Invisible a los ojos del cuerpo, como esas corrientes profundas de agua que atraviesan el vientre del desierto, también en nosotros va pasando algo adentró, espiritual, sagrado, como los brotes de la primavera, por la comunión con Cristo en quien nos injertamos en el bautismo y por sus sacramentos.

Por eso, si estamos infectados por el mal, en cualquier grado que sea, hay una cura. La cura es la  misma comunión con Cristo -como el injerto-; la identificación, la imitación, el seguimiento de Jesús de Nazaret en su mandamiento del amor a Dios y al prójimo como a nosotros mismos.

Hagámoslo ahora -antes de que venza el tiempo y se realice el Juicio-, porque Él vendrá con los signos más grandes de la victoria del amor impresos definitivamente en su cuerpo. Porque es el amor, el Dios Amor el que venció al mal y a la muerte en el corazón de Cristo, también al tiempo. Vendrá con las cinco llagas del amor como pimpollos vivos, que floreceran en el rescate de los que amaron como él pide que amemos. Y todo lo que El venció en su propio cuerpo y alma humana: el mal, el dolor, la muerte misma, será vencido y dominado para siempre en todo el universo que gime con dolores de parto y que será también parte plenamente de su Cuerpo místico herido y victorioso.

Ruego al Señor Jesús para los míos, las comunidad de amigos y las audiencias, el regalo de la comunión con su amor victorioso, por intercesión de tantos hermanos y hermanas que ya vencieron por Él, con Él y en Él.

Liturgia del domingo 15 de noviembre de 2015 Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos, capítulo 13, versículos del 24 al 32

Jesús dijo a sus discípulos: “En aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre". Palabra del Señor.








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