2015-10-16 14:34:00

Liberar a la humanidad del hambre es objetivo improrrogable, el Papa a la FAO


(RV).- Con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación, que se celebra este 16 de octubre, el Papa Francisco escribió un mensaje al director general de la FAO, José Graziano da Silva, con el que pide una “solidaridad transformada en gestos tangibles”.

En la jornada en que se celebra el septuagésimo aniversario de la fundación de la Organización, el Pontífice evidencia como no obstante los esfuerzos realizados, tantos hermanos “pasan hambre y malnutrición, sobre todo por la distribución inicua de los frutos de la tierra, pero también por la falta de desarrollo agrícola”.  

El su mensaje el Papa constata cómo la búsqueda afanosa del beneficio, intereses particulares y efectos de políticas injustas impiden una cooperación eficaz en el seno de la comunidad internacional y recalca lo mucho que queda por hacer en cuanto a seguridad alimentaria. Ante este "doloroso escenario", el Pontífice subraya la necesidad urgente de que se retome la inspiración que condujo al nacimiento de esta Organización “y que nos compromete a buscar los medios necesarios para librar a la humanidad del hambre y a promover una actividad agrícola” que satisfaga “las necesidades reales de las diversas áreas del planeta”. Un objetivo ambicioso pero improrrogable – afirma –  que “se debe perseguir con renovada voluntad”.

Haciendo referencia al tema elegido para la Jornada Mundial de la Alimentación de este año: “Protección social y agricultura para romper el ciclo de la pobreza rural”, Francisco reitera la importancia de la responsabilidad hacia los dos tercios de la población mundial que carece de protección social, incluso mínima: pequeños agricultores, ganaderos, pescadores y agentes forestales, obligados a vivir precariamente y cuya vulnerabilidad – explica el Papa -  tiene repercusiones muy gravosas en su vida personal y familiar.

Ante la realidad de personas hambrientas y malnutridas el Papa pregunta: ¿Es aún posible concebir una sociedad en la que los recursos queden en manos de unos pocos y los menos favorecidos se vean obligados a recoger sólo las migajas? Su respuesta, afirma el Pontífice, no puede limitarse a buenos propósitos sino que radica en "la paz social, es decir, la estabilidad y seguridad de un cierto orden, que no se produce sin una atención particular a la justicia distributiva, cuya violación siempre genera violencia".

El Papa dirige entonces su pensamiento a los más desfavorecidos afirmando que “son personas, no números, y reclaman que las apoyemos, para poder mirar el futuro con un mínimo de esperanza. Piden a los gobiernos y a las instituciones internacionales que actúen cuanto antes, haciendo todo lo posible, aquello que dependa de su responsabilidad”.

De ahí su llamado “a una solidaridad transformada en gestos tangibles, que requiere ‘compartir’ y no sólo una mejor gestión de los riesgos sociales y económicos o una ayuda puntual con motivo de catástrofes y crisis ambientales. Es esto lo que se pide a la FAO”, afirma el Pontífice.

La protección social, prosigue Francisco, no puede limitarse al incremento de beneficios, sino que se debe “concretar en ese ‘amor social’ que es la clave de un auténtico desarrollo.

Refiriéndose a la protección social en favor de la familia, el Obispo de Roma explica que garantizar la vida familiar significa “promover el crecimiento económico de la mujer, consolidando así su papel en la sociedad, como también apoyar el cuidado de los ancianos y permitir que los jóvenes continúen su formación escolar y profesional, para que accedan bien capacitados al mundo laboral”.

Tras explicar que la creación y los frutos de la tierra son dones de Dios concedidos a todos los seres humanos que deben  ser compartidos justamente por todos, el Papa subraya la necesidad de una firme voluntad para afrontar las injusticias, sobre todo, aquellas más graves que ofenden la dignidad humana y afectan profundamente nuestra conciencia.

“Ante las dificultades, continúa el Papa Francisco, no puede prevalecer el pesimismo o la indiferencia”. Y destacando el trabajo realizado hasta ahora, “motivo de aliciente para toda la Comunidad internacional”, menciona la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada recientemente por las Naciones Unidas. “Espero que no se quede sólo en un conjunto de reglas o de posibles acuerdos – afirma. Confío que inspire un modelo diverso de protección social, tanto en el plano internacional como nacional”.

El Papa concluye con la invitación a que cada uno, en aquello que dependa de él, dé lo mejor de sí mismo en espíritu de genuino servicio a los demás. 

(MCM-RV)








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