2015-10-15 18:33:00

Si Jesús fue tentado, sus discípulos no deben esperarse un trato mejor, dice Francisco


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

En el discernimiento que el Papa realizó al final de los trabajos del Sínodo sobre lo que había pasado en el aula en octubre de 2014, se refirió a consolaciones y tentaciones. Como 3ra, 4ta y 5ta tentación, que mencionó como posibilidades, están la tentación de transformar la piedra en pan y el pan en piedra para tirarla a los pecadores; la tentación de bajarse de la cruz; la tentación de descuidar el «deposito de la fe».

Después de hablar de la tentación del endurecimiento hostil y de la tentación del buenismo destructivo el Papa se refirió a “la tentación de transformar la piedra en pan para romper un ayuno largo, pesado y doloroso (cf. Lc 4, 1­4), y también de transformar el pan en piedra y tirarla contra los pecadores, los débiles y los enfermos (cf. Jn 8, 7), es decir, transformarlo en «cargas insoportables» (Lc 11, 46); de la  tentación de bajar de la cruz, para contentar a la gente, y no permanecer allí, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en lugar de purificarlo y conducirlo al Espíritu de Dios. Y también de la tentación de descuidar el «depositum fidei», considerándose no custodios sino propietarios y dueños, o, por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando una lengua minuciosa y un lenguaje pulido para decir muchas cosas y no decir nada. Los llamaban «bizantinismos», creo...”.

Recordamos este discernimiento espiritual de Francisco en 2014, porque este discurso, con su discurso de inicio y la Relatio Synodi, son los documentos oficiales que tratan los obispos, religiosos y laicos que participan del Sínodo sobre la vocación y misión de la familia en la Iglesia y el  mundo contemporáneo.

 








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