2015-09-25 16:55:00

La Voz de Francisco en el Congreso de los Estados Unidos


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“Ustedes son el rostro de su pueblo, sus representantes. Y están llamados a defender y custodiar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda constante y exigente del bien común, pues éste es el principal desvelo de la política”. Con estas palabras claras y directas, el Papa Francisco habló al  Congreso de los Estados Unidos, ante la presencia de más de 500 diputados y senadores  de la Cámara de representantes.

Se trata de uno de los acontecimientos clave de este Viaje Apostólico, debido a la doble notoriedad histórica del momento: la primera visita en la Historia de un Papa al Congreso de este país, que a su vez es el primer Papa nacido en el continente americano. La presencia del Santo Padre en Estados Unidos, un país que atraviesa las consecuencias, no sólo de una gran crisis económica, sino también las de una profunda crisis en valores sociales; supone un importante estímulo para fomentar entre sus ciudadanos, esa “cultura del diálogo y del encuentro”, a la que constantemente el Papa hace referencia; sin importar la raza, la religión o la condición económica de las personas, “pues precisamente es, en esa diversidad, donde un pueblo encuentra su mayor riqueza”.

En su discurso al Congreso, el Papa Francisco habló de libertad, de igualdad de derechos, y de unidad entre las personas para "construir y reforzar una sociedad más justa", sin olvidar mencionar el pilar fundamental de toda nación: la importancia de fomentar la “capacidad de diálogo entre hombres y mujeres”  y de permitir la apertura hacia Dios, como seres humanos que somos y que formamos parte del conjunto de la creación. 

En un país con una elevada tasa de inmigración, un alto índice de desempleo y un creciente aumento de la violencia y el crimen; el Papa habló alto y claro, sobre la necesidad de “no dejarse intimidar por los números, más bien mirar al rostro de las personas, escuchar sus historias e intentar buscar  una solución entre todos”, con el fin de que la Paz triunfe sobre los conflictos armados y se acabe con el tráfico de armas, cuyo principal motor no es garantizar la seguridad de nadie, sino “producir dinero”; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente”.

En las palabras del Santo Padre, hubo también un espacio para recordar el valor sagrado de la vida, “en todas sus etapas” y también de su convencimiento sobre la necesidad de trabajar para para acabar con la pena de muerte: “Cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido un delito”.

En cuanto a la expectativa de muchos medios de comunicación internacional, y de los presentes en el Congreso; acerca de que el Papa Francisco se pronunciara sobre el delicado tema de la cancelación del embargo de Estados Unidos a Cuba; el Pontífice dejó claro que su postura es siempre aquella que apoya el fomento del diálogo: “Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo, que podría haber estado interrumpido por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos”.

Continúan así, las etapas de la visita del Papa Francisco a Estados Unidos que culminará con su presencia en  la clausura del Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia; cuya finalidad es proteger y defender a la familia como unidad básica de amor desde la cual se construye una sociedad sólida; un amor que se convierte en la misión de la humanidad, tal y como dice el lema de este Viaje Apostólico:“El amor es nuestra misión”, una misión que nos fue encomendada por Dios y enseñada a través de Jesús; una misión de misericordia y de esperanza que el Papa Francisco no se cansa de repetir.

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