2015-09-24 14:57:00

Abolición de la pena de muerte y fin a los conflictos armados. El Papa en el Congreso de los EE.UU.


(RV).-  Durante la esperada visita del Papa al Congreso de los Estados Unidos de América, el Santo Padre reflexionó en su discurso sobre diversas realidades a partir de cuatro personajes ilustres de la historia norteamericana: “Tres hijos y una hija de esta tierra, cuatro personas, cuatro sueños - dijo: Abraham Lincoln, la libertad; Martin Luther King, una libertad que se vive en la pluralidad y la no exclusión; Dorothy Day, la justicia social y los derechos de las personas; y Thomas Merton, la capacidad de diálogo y la apertura a Dios”.

Uno de los puntos clave en los que se detuvo durante su intervención fue la abolición de la pena de muerte, argumentando que está convencido de que su disolución es “el mejor camino, porque cada vida en sagrada”. En este sentido recordó que los Obispos de EE.UU. habían renovado el llamamiento para la abrogación a la pena capital y él declaró su apoyo y alentó a los que “están convencidos de que una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación”.

El Pontífice también incidió en los conflictos armados que afligen actualmente nuestro mundo y resaltó la importancia que tiene ser un agente de diálogo y de paz. Y no quiso dejar de lado la inquietante situación social y política que vivimos, “el mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión. Somos conscientes de que ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico”.

Un discurso extenso a través del cual el Pontífice ha tenido la oportunidad de dirigirse a todos los ciudadanos del país a través de sus representantes, a los católicos y a los no católicos. “Cada hijo o hija de un país tiene una misión, una responsabilidad personal y social”. “Ustedes son el rostro de su pueblo”, les dijo, “y están llamados a defender y custodiar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda constante y exigente del bien común”, el “primer desvelo de la política”.

(GM, MZ- RV)








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