Diálogos de Radio Vaticano, con el padre Sergio Moreno

Hoy trataremos el tema del pecado original pero dentro de la filosofía política. «El pecado original es el único punto de la teología de la cristiandad que puede ser realmente probado» afirmaba G.K. Chesterton.

Donoso Cortés por su parte, afirmó y no sin razón, que «en toda gran cuestión política va envuelta siempre una gran cuestión teológica. Ello es especialmente cierto en la disputa en torno al papel del Estado en la vida social, en la que se encuentra implícita una cuestión antropológica - que es, a la postre, teológica - fundamental. Se trata de la controversia sobre el pecado original.

La religión cristiana enseña que el hombre fue creado en un estado original de gracia y unión con Dios. Pero pecó y se apartó de esa comunión con el Creador.  Por esa culpa originaria de los primeros padres, sus descendientes hemos heredado la naturaleza humana corrompida. Dice Pascal: «Sin este misterio, el más incomprensible de todos, somos incomprensibles a nosotros mismos. El nudo de nuestra condición se anuda en este abismo; de suerte que el hombre es más inconcebible sin este misterio que lo que este misterio es inconcebible para el hombre».

 

15 de julio