2015-06-18 20:20:00

Francisco Peregrino al Santo Sudario de Turín


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guilermo Ortiz

Siguiendo los pasos de Papas anteriores, como Juan Pablo II y Benedicto XVI, también Francisco se pone en la fila de miles de peregrinos que llegan a Turín para venerar la sagrada reliquia; la sábana en la que envolvieron a un hombre ejecutado en cruz, con todos los signos de tortura, flagelación, coronación de espinas, crucifixión, que el Evangelio refiere sobre la pasión y muerte de Jesús de Nazaret.

Entiendo que esta peregrinación especial del Papa tiene que ver directamente con el protagonista principal del pontificado de Francisco que es, el mismo Jesús y su carne herida en los pobres. Tiene que ver con su llamado al Encuentro con Jesús; a que salgamos de nosotros mismos; de la autoreferencialidad, para tocar las llagas de Cristo en los pobres.

Y el santo sudario -que es como un flash interior en el momento de la resurrección de Jesús, que deja impresa su imagen en la sábana-, muestra de manera singular las heridas de las llagas de la cruz y la pasión que Jesús sufrió para que vos y yo, por el perdón de Dios, podamos convertirnos en peregrinos; hacer el éxodo de nosotros mismos para ir al hermano que sufre.

La Presencia real de Jesús vivo y entero en el sacramento de la Eucaristía, es el espacio ideal para el Encuentro con el Hijo de Dios, pero el santo sudario es como el mantel del altar, que envolvió su cuerpo lacerado, hasta el momento de la resurrección, que nos queda como rastro tenue del amor hasta el extremo. Es un sacramental que nos ayuda a ir más allá de los signos y de la reliquia misma del misterioso lienzo, para conocer, contemplar, amar al que tiene el amor más grande, Jesús de Nazaret que me amor y se entregó por mí.








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