2015-06-06 09:55:00

La realidad del País que recibe al Papa: Crisis económica y sus consecuencias


(RV).- La convivencia pacífica y armoniosa de Bosnia y Herzegovina, siente la amenaza de la difícil situación económica que atraviesa junto a los conflictos sociales que se derivan. Por esta razón el Santo Padre Francisco desea dejar un mensaje de paz, de reconciliación y de reconstrucción para su futuro que, indudablemente, ya ha comenzado.

Baste pensar que en Bosnia y Herzegovina se puede correr el riesgo de morir a causa de las minas antipersonales por 700 euros al mes, que es cuanto se paga a quienes se dedican a este peligroso oficio. Son dos mil las personas, registradas regularmente, en su mayoría jóvenes, dispuestos a arriesgar su vida con tal de percibir un sueldo a fin de mes, un sueldo que es exactamente el doble del promedio nacional.

Se trata de personas que, además, no corren el riesgo de perder su trabajo, porque en esta nación el barrido de las minas tendría que haberse concluido ya en el año 2009, pero según las últimas estimaciones ni siquiera se terminará en el 2019, que de todos modos es el término que establecieron las autoridades de Sarajevo.

Naturalmente el riesgo de morir por esta otra consecuencia de la guerra permanece. Y es elevado, puesto que desde el inicio de las operaciones hasta el día de hoy ya fallecieron 47 trabajadores de este sector, sin contar los 603 civiles que saltaron sobre las minas antipersonales que, como se sabe, no eligen a sus víctimas mortales, y sin contar a las personas que han logrado sobrevivir, acarreando sin embargo, graves y definitivas consecuencias físicas.

En este país se registran 19 mil campos minados, con lo cual el riesgo sigue siendo altísimo, mientras en Sarajevo explican que en estos tiempos de crisis cada vez más gente va a los bosques en busca de leña o de metales abandonados. Y si bien las minas antipersonales representan un peligro en 59 naciones, Bosnia y Herzegovina tiene el récord de ser la nación más peligrosa por esta nefasta causa en Europa.

Lamentablemente, aun en la llamada época de las guerras tecnológicas, ni siquiera las superpotencias abandonan esta bárbara técnica que, sobre todo, va contra los civiles y que por esta razón, sigue produciendo horribles muertes.

(Desde Sarajevo, María Fernanda Bernasconi - RV).








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