El Papa Bergoglio conoce muy bien la difícil situación de los habitantes de Bosnia y Herzegovina

(RV).- Según el padre Tomislav Mrkonjic', de nacionalidad croata, y profesor de Historia de la Iglesia en la Pontificia Facultad Teológica “San Buenaventura”, conocida como el Ateneo “Seraphicum” ésta no es la primera vez que el Papa piensa en la Bosnia y Herzegovina sufriente, puesto que ya lo había hecho el mismo día de su elección como Sucesor de  Pedro. Y añade que el Papa Bergoglio ya conocía la situación de sus habitantes desde tiempo atrás, puesto que en Buenos Aires tenía como confesores a un franciscano perteneciente, precisamente, a la Provincia franciscana de Herzegovina, así como a un religioso jesuita procedente de Croacia.

De modo que el Papa Francisco permanece fiel a su misión primaria, la que él mismo anunció desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, a saber: conocer personalmente los sufrimientos de los fieles en las periferias, estar cerca de las personas, para animarlas y ayudar de modo especial a quienes padecen diversas dificultades, a los pobres, no sólo desde el punto de vista material, sino más bien pobres porque se sienten aplastados por el dominio de los poderosos, de la política injusta, del mal que se extiende y que parece querer dominar a los pueblos.

Por esta razón, afirma el padre Mrkonjic' esta visita del Papa fue bien acogida por el Gobierno federal que se ha demostrado muy favorable a su iniciativa, puesto que se la interpreta como un ulterior gesto del Vaticano y de la Iglesia Católica en general, para sostener el proceso de paz y el diálogo interreligioso, y porque se la ve también como una señal fuerte de apoyo político para que Bosnia y Herzegovina entre a formar parte, cuanto antes, de la Unión Europea.

El Papa desea continuar por el camino de san Juan Pablo II, quien concretó su sueño de visitar Sarajevo del 12 al 13 de abril de 1997 y quien regresó el 22 de junio del año 2003 para beatificar, en Banja Luka, al Siervo de Dios Iván Merz. Por esta razón Francisco llega como mensajero de la paz y portador de la esperanza en un futuro mejor y próspero para todas las poblaciones que forman parte de esta nación, no sólo desde el punto de vista religioso, sino también social, político y humano.

(Desde Sarajevo, María Fernanda Bernasconi - RV).