El amor de Cristo en nuestro corazón realiza prodigios en la Iglesia y en el mundo, unámonos en la oración a la Virgen María encomendándole en especial a nuestras familias
(RV).- «Es el amor de Cristo, que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones, el que realiza cada día prodigios en la Iglesia y en el mundo», siguiendo «el mandamiento del Señor: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Cfr. Jn 15,12)», señaló el Papa, introduciendo el rezo a la Reina del Cielo, el VI Domingo de Pascua.
E invocó la «ayuda de nuestra Madre Santísima para que, en la vida cotidiana de cada uno de nosotros, el amor de Dios y el amor al próximo estén siempre unidos». «Gestos pequeños, de todos los días, de cercanía a un anciano, a un niño, a un enfermo, a una persona sola y con dificultades, sin casa, sin trabajo, inmigrada, refugiada…». «En estos gestos se manifiesta el amor que Cristo nos ha enseñado».
«Que el Señor nos ayude a colocar estas tres palabras - permiso, gracias, perdón - en su justo lugar, en nuestro corazón, en nuestra casa, y también en nuestra convivencia civil», pidió el Obispo de Roma, en su audiencia general, cuya catequesis - dijo - «quiere ser la puerta de una serie de reflexiones sobre la vida de la familia, la vida real, cotidiana». Y subrayó que estas tres palabras, «más fáciles de decir que de poner en la práctica», son «absolutamente necesarias».
La Virgen de Fátima volvió a estar presente, una vez más, en la Plaza de San Pedro
Coincidiendo la audiencia general con el 13 de mayo, primera aparición en Cova de Iría a los tres pastorcitos, una imagen - bendecida en el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima - acompañó la cita semanal del Obispo de Roma con los peregrinos llegados de tantas partes del mundo.
En este mes mariano de mayo unámonos en la oración a la Virgen María encomendándole en especial a nuestras familias, fue la entrañable exhortación del Papa Bergoglio, que antes de dar comienzo a la Audiencia General, se detuvo en oración ante la imagen.
E invitó «a multiplicar los gestos cotidianos de veneración e imitación de la Madre de Dios», para «ser un instrumento de la misericordia y de la ternura de Dios», en las familias y en todo lugar.
Nos acompaña la Voz de los Peregrinos en la Plaza de San Pedro.
(CdM – RV)
All the contents on this site are copyrighted ©. |