2015-04-10 16:50:00

QUE EL JÚBILO ALCANCE SU PLENITUD


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

¿Estás triste o contento hoy? ¿Por qué?

Los discípulos de Emaús regresaban decepcionados, fracasados y vencidos a su pueblo; volvían a sus cosas de siempre. La pasión, crucifixión y muerte de Jesús los había dejado con el alma por el piso. Las heridas de los látigos con puntas de plomo, los llagas de los clavos que atravesaron de lado a lado sus pies y manos, la lanza que remató confirmando definitivamente que de aquel Jesús que conocieron quedaba solo un cadáver, habían marcado atrozmente el corazón.

El Evangelio refiere que Jesús resucitado se les puso al lado como compañero de camino, los escuchó y les habló largo. Ellos empezaron a sentir otra cosa muy distinta y a pensar que quizá las mujeres tenían razón, que Jesús podría haber resucitado. Cuando llegaron al pueblo le pidieron a Jesús que se quedara con ellos, pero recién se dieron cuenta de que aquel compañero de camino era el mismo Jesús resucitado, cuando sentado a la mesa partió el pan como en la Ultima Cena.

La pasión de Jesús sufrida también por vos y por mí, para reconciliarnos con Dios y entre nosotros; la victoria de Jesús contra el mal y la muerte celebrada en Semana santa y Pascua ¿cambió en algo tu vida o volvimos a las cosas de siempre, en el lugar de siempre?

¿Cómo reconocerías a Jesús hoy? Muchos hombres y mujeres encuentran hoy a Jesús resucitado en la Eucaristía, cuando la comunidad cristiana parte el pan, como en la Última Cena que fue la primera misa. ¿Qué pensás y sentís de la misa?

La oración de la misa de la Octava de Pascua, que recuerda a los discípulos de Emaus reza: Dios nuestro, que nos alegras con la resurrección de tu Hijo; concédenos por tu bondad que este júbilo alcance su plenitud en la Pascua del Cielo.








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