Los hermanos Pedro y Andrés en Turquía

REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz, Radio Vaticana

Esta historia tiene más de 2 mil años, porque fue Andrés el que presentó a Jesús a Pedro. Andrés era discípulo de Juan Bautista y cuando Jesús vuelve de su oración en el desierto y pasa junto al río Jordán, Juan Bautista les dice a sus discípulos: “Es ese el cordero de Dios”. Andrés y Juan -que relata esto hecho en su evangelio-, siguen a Jesús y después de estar con Jesús, Andrés le dice a su hermano Pedro pescador, “hemos encontrado al Mesías”. Ahí comienza la historia de Pedro y Andrés con Jesús. Pedro es el fundador de la Iglesia de Roma y Andrés fundador de la Iglesia de Constantinopla, hoy sede del Patriarcado Ecuménico Ortodoxo.

Por diferencias teológicas, la historia separó a estas iglesias  hermanas que hoy trabajan por la comunión. La solemnidad del apóstol Andrés fundador y patrono del Patriarcado de Constantinopla, el 30 de noviembre, fue ocasión del 6° Viaje apostólico del Sucesor de Pedro. El Obispo de Roma se refirió ya varias veces al Patriarca Bartolomé como a su hermano Andrés. “Venerado y querido Hermano Bartolomé –dijo el Papa en la oración interreligiosa del sábado, mientras expreso mi sentido «gracias» por su acogida fraterna, siento que nuestra alegría es más grande porque la fuente está más allá; no está en nosotros, no en nuestro compromiso y en nuestros esfuerzos, que también deben hacerse, sino en la común confianza en la fidelidad de Dios (…) Andrés y Pedro han escuchado esta promesa, han recibido este don. Eran hermanos de sangre, pero el encuentro con Cristo los ha transformado en hermanos en la fe y en la caridad. Y en esta tarde gozosa, en esta vigilia de oración, quisiera decir sobre todo: hermanos en la esperanza. Qué gracia, Santidad, poder ser hermanos en la esperanza del Señor Resucitado.

La historia de fraternidad en la fe tiene 2 mil años. En la etapa ecuménica de encuentro y diálogo, Pablo VI se abrazó con Atenágoras en 1967, Juan Pablo II en 1979 y 1991 con Demetrio; Benedicto XVI en 2006 con el actual Patriarca Bartolomé. En el pontificado actual, este es el 4to encuentro del primado de Roma con el primado de Constantinopla, entre ellos, el abrazo en el Santo Sepulcro en los 50 años del encuentro de Pablo VI con Atenágoras, con un Francisco que en un gesto inusitado pidió al Patriarca Bartolomé que lo bendijera a él y a la Iglesia de Roma y el Patriarca sorprendido solo atinó a besarlo en la cabeza; con un Francisco que –recordando el pedido de Juan Pablo II- dice, en relación al ejercicio del Primado de Pedro: ‘Ayúdenme a encontrar un punto de acuerdo a la luz del primer milenio”.