2014-11-26 12:39:00

"La Iglesia no es una realidad estática", recordó el Papa en su catequesis


(RV).- En la lluviosa mañana del miércoles Papa Francisco impartió su catequesis sobre la Iglesia peregrina hacia el Reino de los Cielos, del que la Iglesia en la tierra, es, a su vez, la semilla y el inicio.

Cuando nos dirigimos hacia ese horizonte, surgen espontáneas en nosotros algunas preguntas, dijo el Santo Padre: ¿Cuándo llegará este pasaje final? ¿Cómo será la nueva dimensión en la que la Iglesia entrará? ¿Qué será de la humanidad y de la creación que nos rodea?

Sobre esto la constitución conciliar Gaudim et spes, afirma que ignoramos el tiempo en el cual la tierra y la humanidad llegarán a su fin, y no sabemos el modo en que el universo será transformado, pero sabemos por la revelación de Dios, que Él prepara una nueva casa y una nueva tierra a quien vive la justicia, y cuya felicidad saciará todos los deseos de paz de los corazones de los hombres.

Es bello percibir, dijo el Papa, cómo hay una continuidad y comunión de fondo entre la Iglesia celeste y la que está aún en camino en la tierra.

Quienes viven ya ante la presencia de Dios, pueden de hecho sostenernos e interceder por nosotros, rezar por nosotros. Y por otra parte, también nosotros estamos siempre invitados a ofrecer buenas obras, oraciones y la misma Eucaristía, para aliviar las tribulaciones de las almas que están aún esperando la beatitud sin fin.

(GM -RV)

Síntesis de la catequesis en español: 

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy reflexionamos sobre la Iglesia que peregrina hacia el Reino. Bueno el Reino ya está dentro de nosotros. Vamos caminando hacia el encuentro con Dios, con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que es la plenitud del Reino.
Como bien afirma el Concilio Vaticano II, la Iglesia no es una realidad estática, sino que camina continuamente en la historia hacia la meta última y maravillosa que es el Reino de los Cielos, del cual la Iglesia es en la tierra su semilla y su inicio. En este camino, es hermoso percibir la comunión entre la Iglesia del cielo, que nos sostiene con su intercesión, y nosotros, que en la Eucaristía estamos invitados a ofrecer oraciones por las almas que se encuentran a la espera de la felicidad eterna.
Desde la perspectiva cristiana, la distinción ya no es entre quien está muerto o quien no lo está, sino entre quien está con Cristo y quien no está con Cristo; éste es el elemento fundamental y decisivo para nuestra felicidad.
Aunque no sabemos el tiempo en el que llegará el fin de todo lo creado, sabemos por la Revelación que Dios nos prepara una nueva tierra, donde habitará la justicia y la felicidad saciará de manera sobreabundante los deseos del corazón del hombre. Esto es el “Paraíso”, que no es un lugar sino un “estado”, donde nuestras esperanzas serán verdaderamente colmadas, en una nueva creación, con plenitud de ser, verdad y belleza, libre de todo mal y de la misma muerte.
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, México, así como a los venidos de otros países latinoamericanos. Conscientes del don maravilloso de pertenecer a la Iglesia, pidamos a la Virgen María, nuestra Madre del cielo, que nos acompañe siempre y nos ayude a ser, como ella, signo gozoso de esperanza para nuestros hermanos. Muchas gracias.

 

 








All the contents on this site are copyrighted ©.