2014-11-24 18:26:00

Papa: La salvación comienza en la imitación de las obras de misericordia de Cristo


(RV).- El reino de Nuestro Señor Jesús, es reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz, de cercanía y ternura, reiteró el Papa Francisco este domingo en su homilía, en la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo. Ante todo, dijo el Papa, Jesús ha realizado su reino con ternura y cercanía hacia nosotros.

Él es el Pastor, del cual nos ha hablado el profeta Ezequiel en la primera lectura (cfr. 34,11-12.15-17). Todo este pasaje esta tejido por verbos que indican la atención y el amor del Pastor a su rebaño: buscar, vigilar, reunir, llevar al pasto, hacer reposar, buscar la oveja perdida, orientar a la desorientada, vendar las heridas, sanar a la enferma, cuidarlas, pastorear. Todas estas actitudes se han hecho realidad en Jesucristo: Él es verdaderamente el “gran Pastor de las ovejas y guardián de nuestras almas” (cfr. Eb 13,20; 1Pt 2,25).

Y cuantos en la Iglesia estamos llamados a ser pastores, no podemos  separarnos de este modelo, si no queremos convertirnos en mercenarios. Al respecto, el pueblo de Dios posee un olfato infalible en reconocer los buenos pastores y distinguirlos de los mercenarios.

“Jesús no es un rey a la manera de este mundo: para Él reinar no es mandar, sino obedecer al Padre, entregarse a Él, para que se cumpla su diseño de amor y de salvación” destacó el Santo Padre, reflexionando cómo después de su Resurrección, Jesús lleva adelante su Reino.

El Evangelio nos dice que cosa nos pide el reino de Jesús a nosotros: nos recuerda que la cercanía y la ternura son la regla de vida también para nosotros, y sobre esto seremos juzgados. Este será el protocolo de nuestro juicio.

La salvación no comienza en la confesión de la soberanía de Cristo, sino en la imitación de las obras de misericordia mediante las cuales Él ha realizado el Reino. Quien las cumple demuestra que ha recibido la realeza de Jesús, porque ha hecho espacio en su corazón a la caridad de Dios. Al atardecer de la vida seremos juzgados sobre el amor, sobre la proximidad y sobre la ternura hacia los hermanos.

El Papa destacó que la Iglesia presenta a los nuevos santos que canonizó en esta solemnidad como modelos que, mediante las obras de una generosa dedicación a Dios y a los hermanos, han servido, cada uno en su propio ámbito, el reino de Dios y se han convertido en herederos.

Cada uno de ellos ha respondido con extraordinaria creatividad al mandamiento del amor a Dios y al prójimo. Se han dedicado sin ahorrarse al servicio de los últimos, asistiendo a los indigentes, a los enfermos, a los ancianos, a los peregrinos.

Sigamos sus huellas, imitemos su fe y su caridad, para que también nuestra esperanza se llene de inmortalidad. No nos dejemos distraer por otros intereses terrenos y pasajeros. Y nos guie en el camino hacia el reino de los Cielos la Madre, Reina de todos los Santos.

 

(GM - RV)








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