2014-11-06 18:39:00

Ser Obispo es ser Madre, lo advierte Francisco


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz -RV

A algunos obispos “se les revuelven las tripas” con determinadas palabras y gestos de Francisco. Y quizá “revolviéndose” se conviertan en “entrañas de misericordia”. Es bueno que así sea porque los obispos son importantes para el Pueblo de Dios y fundamentales para el Papa, porque si hay algún cambio en la Iglesia, tiene que pasar por los obispos, a quienes el Obispo de Roma quiere ministros del evangelio y no burócratas mundanos apegados al dinero y aferrados al poder.

En la catequesis del miércoles 5 de noviembre, dedicada a la dimensión Jerárquica de la Iglesia, el Papa empezó diciendo a los fieles y peregrinos: “nos confiamos a sus oraciones  para que al menos nos acerquemos a esas cosas que el apóstol Pablo aconseja a todos los obispos”. Para después afirmar que “la maternidad de la Iglesia se expresa en particular en la persona del Obispo y su ministerio”.

El Sucesor de Pedro explicó que “a través de estos hermanos elegidos por el Señor y consagrados con el sacramento del Orden, la Iglesia ejerce su maternidad”, nos engendra –dijo-, vigila nuestro crecimiento en la fe; nos acompaña, sosteniéndonos en todo el transcurso de nuestra vida y envolviéndonos con su ternura y su calor, sobre todo en los momentos más delicados de prueba, de sufrimiento y de muerte.

Y en contraposición a esta imagen del obispo-madre, el Papa -tratando de mover a la vergüenza que es un signo de que todavía puedo cambiar, de que no soy un corrupto-, evidenció el ridículo de los que buscan ser obispos: “Comprendemos que no se trata de una posición de prestigio, de un cargo honorífico. El episcopado no es una condecoración, es un servicio.  Jesús lo ha querido así. No debe haber lugar en la Iglesia para la mentalidad mundana que dice: ‘este hombre hizo carrera eclesiástica, se ha convertido en Obispo…” ¡No! En la Iglesia no debe haber lugar para esta mentalidad. El episcopado es un servicio, no es una condecoración con la que jactarse”.

El Papa dijo que en la historia de la Iglesia hay muchos obispos santos que nos muestran que este ministerio no se busca, no se pide, no se compra, sino que se recibe en obediencia, no para elevarse, sino para abajarse, al igual que Jesús que murió en cruz. Y agregó: “Es triste cuando se ve un hombre que busca este oficio y que hace tantas cosas para llegar hasta allí, y cuando llega allí, no sirve, se pavonea, vive solamente para su vanidad”.

 








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