No hay justificación religiosa, política ni económica ante la violencia contra los
cristianos y otras minorías, reitera el Papa con su cercanía a las víctimas inocentes
(RV).- (con audio. Actualizado con video) Al recibir cordialmente
al Patriarca Mar Dinkha IV, Catholicós de la Iglesia Asiria de Oriente y a su séquito,
el Obispo de Roma, aseguró, este jueves, sus oraciones con el anhelo de que «la paz
de Dios, que supera todo entendimiento custodie sus corazones y mentes en Cristo
Jesús» (cf Fil 4,7). Con su profundo pesar por las guerras en Oriente Medio y la violencia
y persecución contra los cristianos y otras minorías, que no se puede justificar por
ningún motivo, el Papa Francisco reiteró sus oraciones y cercanía:
«Nuestro
encuentro está marcado por el sufrimiento que compartimos, por las guerras que están
atravesando diversas regiones de Oriente Medio y, en particular las violencias que
están golpeando a los cristianos y a los que pertenecen a otras minorías religiosas,
especialmente en Irak y Siria. ¡Cuántos hermanos y hermanas nuestros están
sufriendo una persecución cotidiana! Cuando pensamos en sus sufrimientos, vamos de
forma espontánea más allá de toda distinción de ritos o confesión: en ellos, es el
cuerpo de Cristo que, aún hoy en día, es herido, golpeado, humillado. No hay razones
religiosas, políticas o económicas que puedan justificar lo que está sucediendo a
cientos de miles de hombres, mujeres y niños inocentes. Nos sentimos profundamente
unidos en la oración de intercesión y en la acción de caridad hacia estos miembros
del cuerpo de Cristo que están sufriendo».
Recordando asimismo la importancia
del camino de cercanía y comunión espiritual y la firma por parte del mismo Patriarca
con el Papa San Juan Pablo II de la Declaración Cristológica común, el Papa Bergoglio
aseguró su compromiso personal para proseguir caminando por esta senda y profundizando
aún más las relaciones de amistad y de comunión que existen entre la Iglesia de Roma
y la Iglesia Asiria de Oriente. El Sucesor de Pedro destacó también el importante
trabajo de la Comisión mixta para el diálogo teológico entre la Iglesia Católica y
la Iglesia Asiria de Oriente y selló su discurso invocando la intercesión de la Toda
Santa Madre de Dios. (CdM - RV)