Queridos chicos y chicas, atesoren la libertad y misión de transmitir la misericordia
divina, alienta el Papa
(RV).- (Con audio) Sean ‘canales’ que
transmiten el amor de Jesús, no usen mal su libertad ni malgasten su dignidad de hijos
de Dios, fueron algunas de las alentadoras y entrañables exhortaciones, en el diálogo
paternal con preguntas y respuestas, que el Papa Francisco mantuvo con los miles de
monaguillos de habla alemana en la Plaza de San Pedro. Respondiendo a la primera pregunta,
sobre cómo los jóvenes pueden ser más protagonistas en la vida de la Iglesia, el Obispo
de Roma puso de relieve la misión especial de ser testimonios de que Dios nos ama
y de transmitir ese amor:
«Los discípulos del Señor tenemos una misión más:
la de ser ‘canales’ que transmiten el amor de Jesús. Y, en esta misión, ustedes, chicos
y chicas, tienen un papel particular: están llamados a hablar de Jesús a sus coetáneos,
no sólo en la comunidad parroquial y en las asociaciones, sino sobre todo fuera. Éste
es un compromiso reservado especialmente para ustedes, porque con su valentía, entusiasmo
y facilidad para el encuentro, pueden llegar con mayor facilidad a la mente y al corazón
de cuantos se han alejado del Señor».
El Papa Bergoglio hizo hincapié en
la necesidad de tantos jóvenes de que alguien les diga con su propia vida que Jesús
nos conoce, ama, comparte con nosotros nuestras dificultades y nos sostiene con su
gracia:
«Pero para hablar a los demás de Jesús hay que conocerlo y amarlo,
hacer experiencia de Él en la oración, en la escucha de su palabra. En esto ustedes
están facilitados por su servicio litúrgico, que les permite estar cerca de Jesús
Palabra y Pan de vida. Les doy un consejo: el Evangelio que escuchan en la liturgia,
vuélvanlo a leer personalmente, en silencio y aplíquenlo en su vida. Y con el amor
de Cristo, recibido en la santa Comunión, pueden ponerlo en práctica. El Señor llama
a cada uno de ustedes a trabajar en su campo. Los llama a ser protagonistas alegres
de su Iglesia, listos para comunicar a sus amigos lo que él les ha comunicado, especialmente
su misericordia».
Tras destacar la importancia de organizar el tiempo,
que es un don de Dios, por lo que hay que emplearlo en acciones buenas y provechosas,
sin malgastarlo en cosas superficiales, chateando, o con telenovelas, el Santo Padre
señaló la prioridad de recordar al Creador:
«Ente las tantas cosas
que hay que hacer en la rutina cotidiana, una de las prioridades debería ser la de
recordarse de nuestro Creador que nos consiente vivir, que nos ama, que nos acompaña
en nuestro camino».
Otra pregunta fue la de cómo experimentar que la fe
significa libertad y el Papa recordó el camino del Evangelio de Jesús, para ser libres
de la esclavitud del pecado:
«Pero, la libertad - si no la ejercemos bien
- nos puede llevar lejos de Dios, puede hacernos perder la dignidad de la que Él nos
ha revestido. Por lo tanto, se necesitan orientaciones, indicaciones y también reglas,
tanto en la sociedad, como en la Iglesia, para ayudarnos a hacer la voluntad de Dios,
viviendo así según nuestra dignidad de hombres y de hijos de Dios. Cuando no está
plasmada en el Evangelio, la libertad puede transformarse en esclavitud: la esclavitud
del pecado».
Libertad y dignidad de hijos de Dios que hay que atesorar,
alentó con cariño el Papa Francisco a sus jóvenes interlocutores:
«Queridos
chicos y chicas ¡no usen mal su libertad! ¡No malgasten la gran dignidad de hijos
de Dios que se les ha donado! ¡Si siguen a Jesús y su Evangelio, la dignidad de ustedes
brotará como una planta que florece y dará frutos buenos y abundantes! Encontrarán
la alegría auténtica, porque Él nos quiere hombres y mujeres plenamente felices y
realizados. Sólo adhiriéndonos a la voluntad de Dios podemos cumplir el bien y ser
luz del mundo y sal de la tierra»