Sean valientes con esperanza y solidaridad, invitación del Papa a los jóvenes de las
Diócesis de Los Abruzos y Molise
(RV).- (Actualizado) Siguiendo su intensa visita pastoral a la región italiana de
Molise, el Obispo de Roma llegó esta tarde a Castelpetroso donde encontró a miles
de jóvenes de las Diócesis de Los Abruzos y Molise, en la explanada del Santuario
de esa localidad: jóvenes “abiertos a la esperanza y deseosos de plenitud, de dar
significado a su futuro, a su vida entera, de entrever el camino adecuado para cada
uno y elegir el camino que les de serenidad y realización humana”, observó el Papa,
advirtiendo contra uno de los riesgos de la sociedad contemporánea y sus modelos culturales
predominantes – la “cultura de lo provisorio” , que no ofrecen un clima propicio para
la formación de elecciones de vida estables con relaciones sólidas, construidas sobre
la roca del amor y de la responsabilidad en lugar de la arena de la emoción. (RC-RV)
Texto completo de las palabras del Papa Francisco a los jóvenes
Queridos jóvenes, ¡buenas tardes!
Le doy las gracias por su presencia numerosa
y alegre. Agradezco a Mons. Pietro Santoro por su servicio a la pastoral juvenil;
y gracias a ti, Sara - ¿dónde has ido? - que te has hecho portavoz de las esperanzas
y preocupaciones de los jóvenes de Los Abruzos y Molise. El Molise es una región de
Italia, ¿eh? El entusiasmo y el clima de fiesta que ustedes saben crear son contagiosos.
El entusiasmo es contagioso: pero ustedes saben ¿de dónde viene esta palabra, entusiasmo?
Viene del griego y quiere decir tener algo de Dios dentro o ser dentro de Dios. El
entusiasmo, cuando es sano, indica esto: que uno tiene dentro de sí algo de Dios y
lo expresa alegremente. Están abiertos – con este entusiasmo - a la esperanza y deseosos
de plenitud, deseosos de dar significado a su futuro, a su vida entera, de entrever
el camino adecuado para cada uno de ustedes y elegir el camino que les traiga serenidad
y realización humana. Pero, el camino adecuado, elegir el camino … ¿Qué cosa significa
esto? No estar firme – un joven no puede estar firme – y caminar. Esto indica ir hacia
algo, porque uno puede moverse sin ser un caminante: ser errante, que da vueltas,
que da vueltas por la vida, y la vida no está hecha para dar vueltas. Está hecha para
caminar, y esto es vuestro ¡desafío! Por un lado, están en busca de lo que realmente
cuenta, de lo que permanece estable en el tiempo y es definitivo, están en búsqueda
de respuestas que iluminen sus mentes y calienten su corazón no sólo por el espacio
de una mañana o un corto tramo de camino, sino para siempre. La luz al corazón para
siempre, la luz a la mente para siempre, el corazón caliente para siempre, definitivo.
Por otro lado, sienten un fuerte miedo al fracaso: es verdad, quien camina puede fracasar.
El miedo a involucrarse demasiado en las cosas, lo han sentido tantas veces la tentación
de dejar siempre abierta una pequeña vía de escape, que por si acaso pueda siempre
abrir nuevos escenarios y posibilidades. Yo voy en esta dirección, elijo esta dirección,
pero dejo abierto esta puerta: si no me gusta, regreso y me voy. Esta precariedad
no hace bien: no hace bien, porque te oscurece la mente y te enfría el corazón. La
sociedad contemporánea y sus modelos culturales predominantes – por ejemplo, la “cultura
de lo provisorio” - no ofrecen un clima propicio para la formación de elecciones de
vida estables con relaciones sólidas, construidas sobre una roca de amor y de responsabilidad
en lugar de la arena de la emoción del momento. La aspiración a la autonomía individual
es empujada al punto de poner siempre todo en discusión y de romper con relativa facilidad
elecciones importantes y ampliamente ponderadas, recorridos de vida emprendidos libremente
con compromiso y dedicación. Esto alimenta superficialidad en la asunción de responsabilidades,
porque en lo profundo del alma ellas arriesgan con ser consideradas como algo de lo
que uno se puede liberar. Hoy escojo esto, mañana escojo aquello, así como va el viento,
así voy yo; o cuando termina mi entusiasmo, mis ganas, inicio otro camino … y así
se hace esto de dar vueltas por la vida, propio como un laberinto, ¿eh? Y el camino
no es un laberinto. Cuando ustedes se encuentren dando vueltas en un laberinto, que
tomo de aquí, tomo de allá, tomo de más allá, deténganse. Busquen el hilo para encontrar
el laberinto. Busquen el hilo: no se puede desperdiciar la vida dando vueltas. Aun
así, queridos jóvenes, el corazón del ser humano aspira a grandes cosas, a valores
importantes, a amistades profundas, a lazos que en las pruebas de la vida se fortalecen
en lugar de romperse. El ser humano aspira a amar y ser amado: esta es la aspiración
más profunda, nuestra: Amar y ser amado. Esta es la aspiración más profunda. Es esto,
en modo definitivo. La cultura de lo provisorio no aumenta nuestra libertad, sino
que nos priva de nuestro verdadero destino, de las metas más verdaderas y auténticas.
Es una vida en pedazos. Es triste llegar a una cierta edad, mirar el camino que hemos
recorrido y descubrir que ha sido hecho en diferentes pedazos, sin unidad, sin algo
definitivo: todo provisorio … ¡No se dejen robar el deseo de construir en su vida
cosas sólidas y grandes! Es esto, aquello que te lleva adelante. ¡No se den por contentos
con metas pequeñas! Aspiren a la felicidad, tengan la valentía, el coraje de salir
de sí mismos, de jugarse en plenitud su futuro junto con Jesús. Solos no podremos.
Frente a la presión de los eventos y de las modas, solos jamás lograremos encontrar
el camino justo, y si lo encontramos, no tendremos la fuerza suficiente para perseverar,
para afrontar las subidas y los obstáculos imprevistos. Y aquí entra a tallar la invitación
del Señor Jesús: “Si quieres… sígueme”. Nos invita para acompañarnos en el camino,
no para explotarnos, no para hacernos esclavos: para hacernos libres. En esta libertad
nos invita para acompañarnos en el camino. Es así. Solamente juntos con Jesús, rezándole
y siguiéndolo encontramos claridad de visión y fuerza para ir adelante. Él nos ama
definitivamente, nos ha elegido definitivamente, se ha donado definitivamente a cada
uno de nosotros. Es nuestro defensor y hermano mayor y será nuestro único juez. ¡Qué
bello es poder enfrentar las vicisitudes que se suceden en la existencia en compañía
de Jesús, tener con nosotros su Persona y su mensaje! Él no quita autonomía o libertad;
al contrario, robusteciendo nuestra fragilidad, nos permite ser verdaderamente libres,
libres para hacer el bien, fuertes para continuar haciéndolo, capaces de perdonar
y capaces de pedir perdón. Pero, este es Jesús que nos acompaña. ¡Y así es el Señor!
Una palabra que a mi me gusta repetir, porque nos olvidamos tanto: Dios no se cansa
de perdonar. Pero esto es verdad, ¿eh? ¡Esto es verdad! Es tan grande su amor, que
está siempre cerca de nosotros. Somos nosotros que nos cansamos de pedir perdón, pero
Èl perdona siempre, todas las veces que le pedimos. Él perdona definitivamente,
cancela y olvida nuestro pecado si nos dirigimos a Él con humildad y confianza. Él
nos ayuda a no desalentarnos en las dificultades, a no considerarlas insuperables;
y entonces, confiándose en Él, echarán nuevamente las redes para una pesca sorprendente
y abundante, tendrán coraje y esperanza también en el enfrentar las dificultades que
derivan de los efectos de la crisis económica. El coraje y la esperanza son dotes
de todos pero en particular caracterizan a los jóvenes: coraje y esperanza. El futuro
ciertamente está en las manos de Dios. Él es providente, nos asegura que son las manos
de un Padre providente. Esto no significa negar las dificultades y los problemas,
sino verlos, éstos si, como provisorios y superables. Las dificultades, las crisis,
con la ayuda de Dios y la buena voluntad de todos pueden ser superadas, vencidas,
transformadas. No quiero terminar sin decir una palabra sobre un problema que les
afecta, un problema que ustedes viven en la actualidad: la desocupación. Es triste
encontrar jóvenes “no – no”; ¿qué cosa significa este “no – no”? No estudiamos, porque
no podemos, no tenemos la posibilidad, no trabajamos. Y este es el desafío que comunitariamente
todos nosotros debemos vencer. !Debemos salir adelante para vencer este desafío! No
podemos quedarnos resignados a perder toda una generación de jóvenes que no tienen
la fuerte dignidad del trabajo. El trabajo nos da dignidad, y todos nosotros debemos
hacer de todo para que no se pierda una generación de jóvenes. Hay que poner adelante
nuestra creatividad, para que los jóvenes sientan la alegría de la dignidad que viene
del trabajo. Una generación sin trabajo es una derrota futura para la patria y para
la humanidad. Debemos luchar contra esto. Y ayudarnos los unos a los otros, a encontrar
un camino de solución, de ayuda, de solidaridad. Los jóvenes son valientes, lo he
dicho, los jóvenes tienen esperanza y – tercero – los jóvenes tienen la capacidad
de ser solidarios. Y esta palabra solidaridad es una palabra que no le gusta escuchar
al mundo de hoy. Algunos piensan que es una grosería: no, no es una grosería. Es una
palabra cristiana: ir adelante con el hermano para ayudar a superar los problemas.
Valientes, con esperanza y con solidaridad. Estamos reunidos ante al Santuario
de la Virgen Dolorosa, levantado en el lugar donde dos jóvenes de esta tierra, Fabiana
y Serafina, en 1888 tuvieron una visión de la Madre de Dios mientras trabajaban en
el campo. María es madre, nos socorre siempre: cuando trabajamos y cuando estamos
en busca de trabajo, cuando tenemos las ideas claras y cuando estamos confundidos,
cuando la oración brota espontánea y cuando el corazón es árido: ella está siempre
ahí para ayudarnos. María es la Madre de Dios, madre nuestra y madre de la Iglesia.
Tantos hombres y mujeres, jóvenes y ancianos se han dirigido a Ella para decirle gracias
y suplicar una gracia. María nos lleva a Jesús, Jesús nos da la paz. Recurramos a
Ella confiados en su ayuda, con coraje y esperanza. El Señor bendiga a cada uno de
ustedes, en vuestro camino, en vuestro camino de valentía, de esperanza y solidaridad.
Gracias. Ahora recemos a la Virgen, todos juntos. Dios te salve María … Por
favor, les pido de rezar por mí: por favor, ¡háganlo! Y no se olviden: ¡caminar en
la vida, jamás dar vueltas en la vida!
Traducción del italiano: Griselda Mutual,
Raúl Cabrera (con la colaboración de Renato Martínez), Radio Vaticano