2014-06-21 11:26:51

El Papa pide la reinserción efectiva de los detenidos en la sociedad, en su visita a la prisión de Castrovillari (Calabria)


(RV).- (actualizado con audio) RealAudioMP3 El primer gesto de su visita pastoral el Papa lo quiso dedicar a los últimos, a los olvidados, para expresarles “su cercanía y la de la Iglesia”, como dijo el mismo Pontífice. Un encuentro con los detenidos del centro penitenciario de Castrovillari y con el personal que cuida de ellos en la prisión.

En su discurso, reflexionando sobre el tema de los derechos fundamentales de los detenidos, el Papa dijo que a menudo se hace hincapié en este tema del respeto a los derechos humanos y la necesidad de ajustarse a las condiciones de cumplimiento de la pena. Un aspecto de la política penitenciaria que es sin duda esencial y cuya atención siempre debe mantenerse el máximo. “Pero esta perspectiva -señaló el Papa- no es suficiente, si no va acompañada y complementada por un compromiso concreto de las instituciones, con miras a la integración efectiva de los detenidos en la sociedad”. “Cuando se descuida este objetivo, -subrayó Francisco- la ejecución de la sentencia se degrada solo a un instrumento de castigo y represalias sociales, que a su vez es perjudicial para el individuo y para la sociedad”.


Por otro lado, el Santo Padre recordó que una verdadera y plena reinserción debe tener en cuenta también el “camino del encuentro con Dios, la capacidad de dejarnos mirar por Dios, que nos ama, que es capaz de entendernos y perdonar nuestros errores”. “El Señor es un maestro de la reintegración: nos toma de la mano y nos lleva de nuevo a la comunidad social. El Señor siempre perdona, siempre acompaña, siempre comprende. Somos nosotros quienes debemos dejarnos comprender, perdonar, acompañar”.

Francisco deseó a los reclusos que aprovechen este valioso tiempo de detención para solicitar y obtener de Dios la gracia de mejorar como personas útiles a la sociedad y a la familia humana.

Un pensamiento afectuoso lo ha dirigido también el Papa a las familias de los detenidos: “que el Señor les conceda volver a abrazarse en serenidad y en paz”.

Por último, un saludo de estímulo, el Santo Padre lo dedicó a todo el personal penitenciario que participa en los trabajos de vigilancia de la cárcel: “Os bendigo a todos y os encomiendo a la protección de la Virgen María, nuestra Madre”.

ER - RV








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