Viviendo en familia, con el padre Kennedy Rodríguez
(RV).- (Con
audio)
Nuestra vida
está llena de oportunidades, saber aprovecharlas y obtener los frutos deseados constituye
el centro de nuestras aspiraciones.
Actualmente se habla de excelencia personal
y el éxito al alcance de la mano, sin embargo, muchas de estas fórmulas se enfocan
a la solución de problemas y al logro de una posición económica preponderante, quedando
cortas en lo que a la superación personal se refiere, la verdadera superación no tiene
cantidad sino calidad, la cercanía con Dios es la mayor superación.
La superación
requiere el deseo o con la automotivación, requiere acciones inmediatas, planeación,
esfuerzo y trabajo continuo en las familias.
La superación es el valor que
motiva a la persona a perfeccionarse a sí misma, en lo humano, espiritual, profesional
y económico, venciendo los obstáculos y dificultades que se presenten, desarrollando
la capacidad de hacer mayores esfuerzos para lograr cada objetivo que se proponga.
Si
la superación es un deseo innato de los seres humanos ¿por qué en ocasiones nos detenemos?
El principal obstáculo es nuestra persona, con temores encubiertos de excusas, con
la vana esperanza de una oportunidad "de oro" o el momento adecuado para cambiar de
vida; en el peor de los casos, la pereza y el pesimismo propios del conformista.
Podemos
comenzar por ver nuestros hábitos y costumbres: el cuidado de las cosas ajenas y personales,
el orden en nuestras comidas, diversiones y descanso, la atención y cuidados que procuramos
a nuestros familiares, tratar con amabilidad a todas las personas, ocupar nuestro
tiempo libre para tener convivencia, cultivar pasatiempos o realizar actividades sencillas.
Para
el estudiante significa dedicar más tiempo a su preparación, conocer y aplicar nuevas
técnicas de estudio que faciliten un mejor aprendizaje con los resultados deseados,
desarrollar la investigación personal y mejorar la calidad en los trabajos que realice.
Los
padres de familia pueden dedicar un tiempo a lecturas sobre cómo educar mejor a los
hijos según su edad. Actualmente existen bastantes recursos que ayudan a conocer y
a desempeñar mejor la labor de educación y formación de la familia.
El ámbito
espiritual, con mucha frecuencia descuidado, ofrece muchas posibilidades con el conocimiento
de los preceptos y valores propios de nuestra religión católica, además de la práctica
de los mismos, contar con la asistencia de un director espiritual, procurar el trato
con Dios de manera continua (y no sólo cuando tenemos algún problema o necesidad grave),
frecuentar los sacramentos y las prácticas religiosas.
La superación personal
se encuentra en la persona misma y no en los bienes materiales, como tampoco es exclusivo
de una determinada edad. Existen hoy en día jóvenes y personas mayores capaces de
lograr grandes empresas, observando como sus sueños se hacen realidad y sin detenerse
a considerar la falta de experiencia o el cansancio natural que traen los años. Renunciar
a mejorar equivale a una vida triste, gris y con falta de aspiraciones, en una palabra:
conformismo.
Cabe considerar sobre la existencia de los obstáculos, siempre
los habrá, pero la verdadera superación consiste en afrontarlos y ante ellos cobrar
nuevos bríos. En esta vida nada es fácil, todo lo que vale la pena requiere de perseverancia
y paciencia para alcanzarlo, es entonces cuando la superación se hace sublime -alejada
de toda vanidad y soberbia- con el gozo interior de acercarnos cada vez más a la cima
de la humana perfección.