(RV).- (Audio) No lo reconocieron,
no creyeron, o mejor dicho perdieron la poca fe insipiente, cuando vieron y escucharon
los golpes del martillo pesado, sobre los largos clavos que traspasaron sus manos
y sus pies; cuando vieron que el patíbulo se alzaba con el cuerpo deshecho, torturado
hasta la agonía. Cuando la punta de la lanza perforó el pecho y explotó el corazón
la sangre, el agua última, fue para ellos el remate, si es que había quedado alguna
esperanza.
Creer que aquel fuera el Hijo de Dios, como exclamó el centurión
romano trastornado, era absolutamente inverosímil, insostenible, improbable. Y
se dispersaron todos, cada uno por su lado, con el alma hecha un hueco abismal, vaciados
hasta el fondo de fe, esperanza, entusiasmo, por el escándalo de semejante poder del
mal y de la muerte sobre el amor y la vida.
Y sin embargo fue por aquellas
perforaciones mortales en la carne de la lanza y los clavos, que sus discípulos abatidos
verifican que aquel que les muestra sus manos, sus pies, su costado, es el mismo Jesús
que fue ejecutado cruelmente y sepultado en un sepulcro su cadáver, pero que ahora,
victorioso del poder de la muerte y el mal los confirma en la fe y les ofrece Vida
plena. El tema es que Jesús victorioso con los signos de la cruz, regresa al seno
del Padre hasta que venga a juzgar a vivos y muertos. Y ahí está el problema, porque
Jesús nos juzgará por el trato que le dimos a su carne en la carne herida del prójimo
que vos y yo tenemos ahora. Vos y yo volvemos a tener el mismo problema que tuvieron
los discípulos cuando se escandalizaron, se deprimieron, porque afligido por el mal
Jesús no tenía apariencia humana, estaba, como están hoy tantos, desfigurado por el
dolor y la injusticia: hambrientos, sin casa, enfermos, sin trabajo, perseguidos,
carcelados y hasta asesinados por la fe, como Jesús, carne de su carne.
Por
eso, mi problema y el tuyo no es Jesús. El problema es su carne en la carne del hermano
que sufre.
¿Cómo puede ser que “ensuciándome” con este; sirviendo a quien parece
menos digno, alcance la Vida plena?