Dos Santos Pontífices que han contribuido de manera indeleble a la causa del desarrollo
de los pueblos y de la paz
(RV).- (actualizado con video y audio) Después de la solemne
concelebración Eucarística, durante la cual se invocaron entre los santos, por primera
vez, a San Juan XXIII y San Juan Pablo II, el Papa Francisco, tras agradecer la presencia
de tantos fieles y autoridades, invitó a rezar a la Madre de Dios a través de la oración
del Regina Caeli que sustituye el Ángelus en este tiempo pascual.
(María
Fernanda Bernasconi – RV).
Texto completo de la alocución del Papa Francisco
antes de rezar el Regina Caeli
Queridos hermanos y hermanas,
antes de concluir esta fiesta de la fe, ¡deseo saludar y darles las gracias a todos
ustedes!
Agradezco a los hermanos Cardenales y a los numerosísimos Obispos
y sacerdotes de todas partes del mundo. Mi reconocimiento va a las Delegaciones oficiales
de tantos países, venidas para rendir homenaje a dos Pontífices que han contribuido
de manera indeleble a la causa del desarrollo de los pueblos y de la paz. Un agradecimiento
especial va a las Autoridades italianas por su preciosa colaboración.
¡Con
gran afecto saludo a los peregrinos de la Diócesis de Bérgamo y de Cracovia! Amadísimos,
honren la memoria de dos Santos Papas siguiendo fielmente sus enseñanzas.
Agradezco
a todos los que, con gran generosidad han preparado estas jornadas memorables: a la
Diócesis de Roma, con el Cardenal Vallini; al Ayuntamiento de Roma, con el Alcalde
Ignazio Marino; a las fuerzas del orden y a las diversas Organizaciones; a las Asociaciones
y a los numerosos voluntarios. ¡Gracias a todos!
Mi saludo va a todos los peregrinos
– aquí en la Plaza de San Pedro, en las acalles adyacentes y en otros lugares de Roma
–; así como también a cuantos están unidos a nosotros mediante la radio y la televisión;
y gracias a los dirigentes y a los agentes de los media, que han dado a tantas
personas la posibilidad de participar.
A los enfermos y a los ancianos, hacia
los cuales los nuevos Santos estaban cerca de modo especial, llegue mi saludo especial.
Y
ahora nos dirigimos en oración a la Virgen María, que San Juan XXIII y San Juan Pablo
II han amado como verdaderos hijos suyos.