Jesuita Guillermo Ortiz y Redacción de Programas en Español de Radio Vaticana
(Audio)
Francisco
arrodillado confesándose
El Evangelio de bolsillo que el Papa regalará
el próximo domingo 6 de abril en la plaza de San Pedro, es la última noticia de lo
que hará el Obispo de Roma, después de una semana en la que recorrió el mundo, la
imagen de Francisco arrodillado en uno de los confesionarios de San Pedro, confesando
sus pecados él primero ante un sacerdote, el viernes penitencial 28 de marzo, antes
de sentarse él mismo para dar a los fieles la caricia del perdón de Dios en el sacramento
de la reconciliación.
Una lucha con Dios que nos cambia el corazón
El
jueves 3 de abril Francisco explicó que la oración es una lucha con Dios que nos cambia
el corazón; nos ayuda a comprender cómo es nuestro Dios. Pero esta oración lleva tiempo
y se hace con la realidad que estamos viviendo. El mismo jueves el tweet del Papa
expresa: No podemos acostumbrarnos a las situaciones de humillación y miseria que
nos rodean. Un cristiano tiene que reaccionar.
El amor es mas fuerte que
las peleas
El miércoles 2 de abril, refiriéndose al sacramento del Matrimonio,
el Papa habló del coraje para vivir la vida juntos; que aunque vuelen los platos es
importante que no termine el día sin hacer las paces con un pequeño gesto. El secreto
es que el amor es más fuerte que el momento de la pelea –dijo- y explicó que, con
la oración de los cónyugues el uno por el otro y las tres palabras claves de una familia:
permiso, gracias, perdón, se puede llevar adelante la vida con el coraje de querer
vivirla juntos. Porque somos creados para amar como reflejo de Dios y de su amor.
Afirmó que el sacramento confiere a los esposos una misión: manifestar en las cosas
simples y cotidianas el amor de Cristo a su Iglesia, entregándose en la fidelidad
y el servicio. Es un misterio que se vive en la fragilidad, y en medio de dificultades
y que por eso es importante la oración para fortalecer el vínculo.
El Sucesor
de Pedro invitó a la multitud de peregrinos y fieles que llenaron la plaza de San
Pedro, a dar gracias a Dios por tantas familias que animan las comunidades cristinas,
ofreciendo un hermoso testimonio de fe, y a rezar por los matrimonios en dificultad,
para que el Señor les regale abundantemente su misericordia y los sostenga en medio
de las pruebas.
Cristianos anestesiados
En la homilía del martes
1 de abril Francisco expresó que la pereza y el formalismo de tantos cristianos cierran
la puerta a la salvación, que los cristianos anestesiados no hacen bien a la Iglesia.
Son católicos, sí, pero sin entusiasmo y amargados, egoístas, sólo para si mismos.
Frente a estas tentaciones Jesús se acerca y me pregunta ¿quieres curarte? Y después
de darnos su gracia nos dice “no peques más”. Así debemos hacer nosotros en el hospital
de campaña que es la Iglesia.
El tweet de ese día exhorta: “Queridos padres,
enseñen a sus hijos a rezar. Recen con ellos”.
¿Estoy en camino?
En
la homilía de Santa Marta del lunes 31 de marzo, Francisco habló del “turismo existencial”,
de los vagabundos que dan vueltas en la vida en lugar de caminar con fe hacia las
promesas de Dios. Y se lamentó de tantos cristianos detenidos en el camino, sin esperanza,
que no buscan. Invitó en la Cuaresma a pensar si estoy en camino.
Ciegos
del alma
Mientras el ciego curado se acerca gradualmente a la luz, los
doctores de la ley por el contrario, se hunden cada vez más en la ceguera interior,
explicó Francisco en su reflexión previa a la oración del Ángelus del domingo 30 de
marzo. Explicando que estamos invitados a abrirnos a la luz de Cristo. Ya que hemos
sido iluminados por Cristo en el Bautismo, tenemos que vivir como “hijos de la luz”
con humildad, paciencia y misericordia.